Esta mañana en la última sesión de control a Zapatero en el Parlamento, Rajoy le ha despedido con una buena frase: «Deja usted una herencia envenenada « y como, creo que es su obligación, ha alargado la frase para ponerla en positivo, concluyendo de esta manera: «pero también deja lecciones para el futuro», como por ejemplo no gastar lo que no se tiene«.
Hoy precisamente que los españoles nos desayunamos con las cuentas auditadas en la Comunidad Catalana y conocemos que el Tripartito de Montilla despilfarró sus arcas: uno de cada tres euros que pagaba no lo tenía.
Es la historia de los cajones llenos de facturas que muchos todavía no creen o justifican por la ideología y que, sin embargo no supone el monto principal de la herencia envenenada que deja Zapatero a España. Porque ahora, interesados y preocupados por la economía, todos estamos aprendiendo qué significan conceptos como el déficit, los rebotes del mercado, o el efecto dominó de la crisis griega, pero casi olvidamos la sociología del pesimismo en la que ha caído la marca España. Los verdaderos desplomes del estado a los que nos acostumbramos a golpe de telediario.
Un dato ejemplificador para el tema económico: Tan solo el 24 por ciento de los emprendedores que se dieron de alta en autónomos en el 2009 continúan con su empresa. Y algunos conceptos para trazar la herencia social: País Vasco, Cataluña, independentismo, competencias autonómicas, educación, fracaso escolar, funcionarios … huelgas.