En Galicia traspasan las líneas rojas y el monte arde. Llevan años haciendo política de las llamas de su cultura. Allí, el fuego, la desolación y la ruina que provoca, no es metáfora de la política. Se trata de la dura y cruda realidad a 500 grados de temperatura. Es el loco, el ideólogo, el patán, el enchufao, el bombero cabreado quien, una noche traspasa la línea roja de la civilización y prende la mecha. Nada de palabras huecas y lemas publicitarios. Una cerilla y vale. Eso es todo lo que le hace falta para pasar esa frontera metafórica pero real de la que ahora habla el candidato Rubalcaba. Todo un crash cuando dice que él no traspasará las líneas rojas.Tiene gracia. Maldita la gracia. Pues claro que estamos de acuerdo que la educación y la sanidad deben conservar sus dotaciones presupuestarias. Pero qué pasa si no hay dinero que presupuestar. Qué pasa si el dinero necesario para ello se ha malgastado, derrochado, con la misma ideología con que el pirómano quema el monte: Con toda la razón del mundo. Con su razón ante todo y contra todos.
Artículos recomendados
Las citas para el alma de Mercedes: Bajo la lluvia con Neruda y José Angel Buesa

Más que nada es una llamada de atención, pero muy oportuna porque hay que ser oscuro para tomarla así con la riqueza del bosque y que les hace volver a las cavernas, apoyados en su embrutecida razón o sea degradados en sus hábitos intelectuales o sociales según definición del DRAE.