Hoy, con ganas de llorar, casi he terminado la maleta sentimental que me acompañará a mi casa de los maquis. Será una pequeña cabaña medida con el lenguaje matemático de la belleza. De retiro y camino personal, el del corazón. Y por eso ya he cargado con las ideas que el gran arquitecto Le Corbusier expresó en «El Modulor».
El problema es que la maleta no me cierra por todo lo que me sobra. Un exceso de informaciones, de sentimientos contradictorios, sobre todo. Quizás, el resentimiento del defraudado, como dice mi amiga, la progresista que pasaba por allí. Trabajé demasiado tiempo pegado a la realidad, y hoy descubro que, desde el poder, me llamaban facha. Pero desde las atalayas pude ver al ser humano desprovisto de ilusiones, tan solo con una ambición desmedida y, ya se sabe, los engaños, desde cerca, simulan buenas ideas.
Con este compás roturaré mi campo de lavanda y vides. «Fibonacci ha sido siempre un referente para la creación artística» . Que su número guíe la próxima aventura. Einstein dijo que El Modulor es una gama de proporciones que hace lo malo difícil y lo bueno fácil. Y me gusta la definición me imagino que matemática.
siempre interesante…
Vamos a ver querido Manuel; que tengas bien claro que los fachas son ,casi siempre, los que te lo dicen,pues no aceptan ni asumen que tu tienes unas ideas claras y decentes. Alegrate cada vez que te lo dicen porque vas por buen camino. Ladran,luego cabalgamos.Es que hay muchos disfraces de Ramoncin en este pais llamado España.
buen viaje Manuel, salud a tu corazón.
Un viaje de corazón Manuel.