Amanecer con la experiencia de ser el blanco, o la diana, la víctima de algún cobarde que atenta contra tu patrimonio es humano y revelador. Si quienquiera que tanto me quiere es capaz de rajarme los dos neumáticos delanteros, recientemente estrenados para mayor gloria de mi impecable Mini Morris, diera un paso mas en la sinrazón ¿Sería capaz de agredirme a mi o a mi familia? ¿Ha sido por la bandera de España, o algún vecino que me ha oído reflexionar sobre política? ¿Será la envidia por mi patrimonio capitalista? ¿Alguna venganza personal por asumir que no se puede ni se debe estar de acuerdo con todo el mundo?
De momento solo tengo claro que el propietario de la navaja con la que me ha roto las dos ruedas se trata de alguien al que su ética personal le permite delinquir. Que es un fascista del que sus amigos dirán que tiene un buen corazón. Y por un ejercicio simple de empatía he recordado esta mañana a los miles de vascos torturados y asesinados en su casa. Me ha pasado también por la mente al empresario Juan Roig de Mercadona que ha denunciado el robo del alcalde de Marinaleda y su sindicato (SAT) a uno de sus comercios.
Sanchez Gordillo, el alcalde del pueblo subvencionado de Marinaleda, roba por ideología. CCOO y UGT consideran ideológicamente ilegal al Gobierno del partido que ha ganado en las urnas. Poderosos del PSOE se han llevado a sus aposentos el ochenta por ciento de los presupuestos de la Ley de Memoria Histórica. Y todo por ideología, hasta el tiro en la nuca de Miguel Angel Blanco, que creo que en España no debemos olvidar.
Compruebo por tanto que la moral capaz de vertebrar un pueblo está tan alterada que ha llegado a mi calle y doy fe de ello. El soporte moral está hundido y cuando tan solo te queda la ley del Talión, lo de menos es la ideología. ¿Mera supervivencia con una nueva Ley de la Selva en la que por mis ideas puedo delinquir?
Este coche ha pasado por todo, primer coche de una mujer española que conducía en los 60 por España, en el que yo aprendí a conducir , hice mis prácticas a escondidas y me examiné por libre con los 18 recién cumplidos .Qué gozada aparcar en la plaza del examen (te sobraban metros)..; restauraciones y mas restauraciones… y ahí sigue, un pedazo de historia con rueditas, un clásico. Es a eso a lo que han agredido quizás, rencor de jóvenes sin futuro, que no tendrán sus años 80 locos, creativos y opimistas pero han tenido sus años psicóticos y empastillados. Quien sabe, pero Mr Bean estaría triste de ver esta españa rancia volviendo por sus fueros sucios y de mala sangre y yo también.