Los diálogos de «Sexo, Mentiras y cintas de vídeo» la película estadounidense de 1989 escrita y dirigida por Steven Soderbergh, son una especie de vademecum sobre los profundos problemas existenciales del ser humano, propio de manual de psicoanalistas. Nada que ver con la historia que protagoniza la concejal socialista Olvido Hormigos que ayer retiró su solicitud de dimisión de su cargo político en el Ayuntamiento de los Yébenes. Aquí los diálogos están entresacados del catálogo manipulador y chapucero de la política nacional.
Ayer, resultaba políticamente correcto, en esa insensata lucha fraticida de los políticos, que a una concejal socialista le hundieran la «carrera política» los malvados peperos, sin ética ni razón, capaces de publicar a los cuatro vientos de la red un vídeo erótico, personal e intransferible. Como así declaró la señora Hormigos. Y en ese decorado de la actualidad informativa, liderada por el santo concepto del derecho a la privacidad, lo normal era solidarizarse por ese terrible ataque a la intimidad y situarse en apoyo a que la concejala no se rindiera y siguiera con su responsabilidad política. Es decir, ayer tan solo el sexo y las cintas de video eran los protagonistas absolutos de nuestros sentimientos.
Hoy entra en escena el tercer concepto del título: Las mentiras. Y como todos sabemos las mentiras son sustanciales a la clase política tanto como su capacidad de acuchillar al contrario por la espalda al menor descuido.
El nivel de la cruel infamia de airear el video no cambia porque el responsable sea futbolista o político, como tampoco cambia en nada el derecho al mundo de lo privado que todos necesitamos para sentirnos libres y que a la señora Olvido Ormos le han robado vilmente. Lo que si creo que debería cambiar es el concepto político que denominamos «Y tu mas» que utilizan a destajo nuestros representantes, que mienten a troche y moche, sin ninguna responsabilidad.
Correcto es que el vídeo es privado y que el que lo haya difundido es un canalla. Ahora bien, que para tapar un asunto de cuernos y un ostracismo social que se va a producir exactamente igual, la Sra. haya usado los métodos que ha usado, demuestran cuan impresentable es.