Rezuma el último espectáculo de Tricicle el conocido aroma de la despedida para siempre: los límites del «hasta aquí hemos llegado» que los grandes saben fijar, antes que el tedio o el negocio se apoderen del talento y la muerte fatal, el colapso del olvido, se produzcan por aburrimiento.
Se titula «Bits» y en la obra, la octava de su dilatada carrera de mas de treinta años, Joan Gràcia, Paco Mir y Carles Sans, los tres integrantes y fundadores de Tricicle, centran su discurso en el infinito mundo de internet, el nuevo poder mediático establecido desde sus redes sociales, al que con un inteligente guiño reconocen como asesino de su inteligente humor que » se alimenta del pensamiento lateral que es como tirar del hilo de una idea que, por asociaciones, nunca sabemos a dónde nos llevará. Los Bits que habitan en un portal electrónico también nos llevan a golpe de clic a mundos a los que nunca pensamos que iríamos a parar. El humor y los clics son imprevisibles y si hay alguien capaz de seguir su libre albedrío son los Bits, unos seres intangibles capaces de cambiar de aspecto en milisegundos con el único fin de que el espectáculo no pierda el hilo de la lógica más absurda».
Saben bien estos genios que hoy, en este nuevo siglo de las comunicaciones totales, donde la mayoría somos meros votantes del consumo en la mitad urbanizada del planeta, y somos capaces de digerir las imágenes mas crueles mientras comemos un mero estofado y, en definitiva, ya nada nos asombra, ni tan siquiera el estofado, porque cada día vemos en en internet las bromas mas insospechadas, disfrazadas de chiste de la realidad.
Por eso «Tricile» se despide para siempre, y por todo lo alto, con su homenaje a nuestro absurdo mundo en el que la información se consume sin digerir en lo más mínimo.
Es cierto. El mundo que nos ofrece Internet es violento, rápido, más que eso, veloz. Nos estamos acostumbrando a la velocidad, y cuando una página no abre con facilidad de inmediato vamos a otra. Esta vertiginosidad nos afecta en todos los ámbitos, pues la paciencia, virtud tan ensalzada en tiempos anteriores ahora es considerada un defecto.