Manuel Artero Rueda 
El ministro Wert, centro de polémicas durante el último año, comienza hoy la primera batalla seria por la Educación en España al presentar el primer borrador de la nueva Ley que en todo caso, tras su aprobación en el Parlamento, se convertirá en la primera que no redactan los socialistas en los últimos treinta años.
Las primeras andanadas de réplica han llegado desde Cataluña en forma de cuatro conceptos: Inmersión lingüística, Ley Catalana de Educación, Estatuto e Involución.
Y aunque nunca entenderé el porqué el estado español permite que la autonomía catalana no cumpla la Ley, hoy me llama la atención el concepto «Involución», de ascendencia reaccionaria y facha, que creo debería revisarse por el bien de nuestras futuras generaciones.
Tenemos que por la necesidad de «alimentar» una lengua del estado, el catalán, se han invertido, durante los mismos treinta años en que los españoles se han educado bajo los parámetros socialistas de la LOGSE, millones y millones de euros en la llamada inmersión lingüística. Una mera coartada para la geometría social independentista que, en esencia, ha desarrollado un monstruo social que fagocita a las personas para alimentar su ideología separatista
Así el único proceso posible de desarrollo educativo, es de la involución, que en su esencia significa devolver las competencias al estado español. La historia no puede ser objeto académico de manipulación, o al menos no debería ser. Un espinoso asunto que el PP que lidera Rajoy no se atreve a reclamar, y que el PSOE ni se digna a imaginar, absorto como está en encontrar una vía propia al problema de la economía capitalista y especulativa.
Hoy comienzan las batallas por la Educación que mantendrán nuestros políticos durante todo el año que viene y no se dan cuenta que los españoles no estamos para mas batallas, desfondados por el paro, nuestras hipotecas y esa desmoralización que produce el comprobar que los únicos que no sufren la crisis son ellos, los que practican la misma ecuación inversa del concepto «involución». A mas discursos y palabrería vacua, sofismas de los conceptos, menos efectividad.
