
Es el estigma de la desgracia que ya nos consume en el día a día. A plena luz pero con alevosía, cinco tipos encapuchados golpean, tiran del pelo y patean a dos chicas que acaban de montar un puesto de promoción de la selección española dentro de la campaña organizada por la asociación civil «Barcelona con la selección». Pero muy pocos lo dicen claro. La agresión no es a causa del fútbol o el deporte: los violentos agreden a las dos jóvenes por llevar una camiseta española y ondear, con alegría, nuestra bandera.
Les han agredido por lucirse españolas en este país de las maravillas que subvenciona a los matones, y que desgraciadamente ha arrodillado ya a la mayoría de sus vecinos en la cobardía y el silencio, porque en realidad, el sábado, en en ese cruce de las calles Meridiana y Frabra i Puig, del barrio de Sant Andreu de Barcelona, en el momento de la agresión había testigos, ciudadanos que por allí pasaban y no intervinieron, que no ayudaron, como los cobardes europeos que miraron para otro lado cuando los nazis masacraron a los judíos frente a sus dulces hogares.
Pero de Justicia y de Ley es gritar a los cuatro vientos que también son responsables los poderes del Estado por su pasividad. Han pasado ya demasiadas horas y los violentos todavía no han sido detenidos.
Los ciudadanos libres estamos solos en esta Cataluña insurgente, violenta e injusta y ha llegado ya después del estigma la hora de nuestro unión por lo mas querido para todos nosotros y que no es otra cosa que el futuro de nuestros hijos.
Y me confieso pecador, yo no voy a exponerme para ver el fútbol en una pantalla del tamaño que sea, pero apoyaré con todo mi corazón, y también mis manos, para reivindicar la falta de libertad que tenemos en Cataluña, y en contra del régimen totalitario anticonstitucional que ya sufrimos los españoles que hemos nacido en Cataluña… Por el futuro de mi familia y su seguridad.
¡Vale ya de tonterías! Mi total repulsa a lo acontecido el sábado e invito a todo el mundo que se coloquen en la pechera y sin miedo los símbolos que nos unen a todos.