La imaginación publicitaria ecologista nunca fue de fiar para los periodistas de oficio, aunque la verdad es que, de estos, quedan pocos en esta España transmutada en «cla» del poder mediático y político en todas sus avanzadillas sociales.
Hoy lo ecologistas en Acción han reivindicado con la acción que muestra la imagen, el cierre de la central nuclear de Almaraz.
Olé su progresía subvencionada y olé su conciencia social y ecologista por el problema de los residuos tóxicos, con un brindis solidario por la inmensidad de veces en que la mayoría perdemos la misma batalla de siempre. La batalla de la manipulación de lo significados, la tergiversación de la historia y la falsedad de los conceptos.
Porque da la casualidad que el pasado día de la Hispanidad, un servidor tuvo que aguantar a que un ecologista amamantado por la LOGSE, me imprecara sobre el fascismo de Francisco Pizarro, el asesino de miles inocentes indígenas y que, sin haber leído un solo libro, ahíto de avaricia capitalista, se había dedicado a usurpar las tierras de los desposeídos y robar el oro del feliz Dorado.
Y hoy estoy seguro que a mi vecino, que por cierto, es un líder sindical de la camiseta verde, ferviente animador de las huelgas de la enseñanza, y funcionario del Ministerio de Educación, le habrá parecido magnífica por imaginativa la acción ecologista de rancia protesta nuclear de tapar la escultura de Pizarro, el conquistador.
Está claro que para que España comience a funcionar hace falta comenzar con la «a» de abuso ideológico y la «agilipollez» de la misera cultural. Recomiendo asimismo una dosis diaria de «anti totalitarismo» en vena.
De tontos está España llena. Y el caso es que lejos de apaciguarse la cosa, cada vez se agrava, pues a eso que dicen que no coge ni un tonto más, se siguen metiendo siquiera estén apretados.
Un saludazo.
Cuánto daño lleva haciendo la izquierda troglodita con sus actos de fe irracional y sus mantras inspiradas en la biblia del Papa Marx I. Ha sido el virus que más cerebros ha usurpado y más vidas ha sacrificado en los dos últimos siglos. Y qué sociedad más servil y esclavizada ante la corrupción de quienes los subvencionan. Ese paniaguado vecino tuyo, junto a toda su especie de parásitos, hay que cortarles el pienso ya. Que se dejen de cuentos y a trabajar con pico y pala.