El alcalde independentista de Galifa, Jordi Fornas, posando en la fachada del ayuntamiento de la localidad barcelonesa, representa hoy la mejor imagen de los desatinos del día. El independentista responsable político de su pueblo, incluso esgrime en su verborrea un intrigante, y burlesco sentido del humor: Habla de banderín de sobremesa y del ahorro que le ha supuesto al Consistorio comprar la burla por dos euros en un quiosco de las Ramblas mientras asegura que confía en sus abogados, con los que seguro estará dispuesto a llegar al Tribunal Constitucional.
Y precisamente hoy, cuando la calle sueña claro está que por necesidad, con la salida y la luz al paro, la crisis y los agobios. Por esto destaco la anécdota. Basta con mirar al cielo y ver los nubarrones que se avecinan en esta España en la que los políticos en vez de gobernar le pasan el mochuelo al Tribunal Constitucional.
La Corona Borbona tambaleante, las comunidades rampantes camino de la independencia, el incumplimiento de la Ley y la corrupción de los políticos, su descaro para perpetuarse en el jacuzzi prohibido para los no socios, son las isobaras que tenemos mas cercanas de esa tormenta amenazante para nuestros esqueletos mojados. Y comienza a hacer mucho frío.