Aterrrizo en los benditos madriles y compruebo por los mensajes del Cara Libro y desde el mundo del pajarito, además de otras fuentes de información, que se ha pretendido politizar el drama ferroviario por los seres éticamente superdotados, superiores a los demás mortales, progresistas votantes del alquimista social y, para mas inri, solidarios en la actualidad con la Junta de Andalucía socialista.
Leo por ejemplo los comunicados de CCOO y del Comité de Informativos sobre los supuestos fallos profesionales de mi antigua empresa RTVE y me dan vergüenza ajena.
Ya comuniqué mi pavor ante el grupúsculo que aprovechó el minuto de silencio del ministro Wert para insultarle, a gritos de fascista, que leí en la prensa portuguesa y vuelvo a comprobar, espeluznado, que todavía los rescoldos están a punto de reventar en incendio en cuenta venga un ligero viento favorable.
Recomiendo a Mozart por solidaridad. Dos meses antes de morir, el insigne dirigió su última obra operística: La flauta mágica. En el libreto ya se encuentra las maneras de acabar con la Reina de la Noche: