El simposio «España contra Cataluña: una mirada histórica (1714-2014)» de Sobrequés y Artur Mas, de la falsa historia y la propaganda política,que comienza hoy tras el discurso inaugural del señor Francesc Homs, será objeto de disfrute para los independentistas catalanes e imagino que en el transcurso de sus tres días, los «estrellados» se irán incorporando a la comilona ideológica paulatinamente, al ritmo del odio, afrentas y enemigo común diseñado por la presidencia de la Comunidad Autónoma con el dinero público de todos los españoles.
Incluso puedo intuir como algún charnego de última hornada se convierta a la causa gracias a alguna prebenda costeada por el erario y a partir de ahora luzca nueva chapita en la solapa. Un lema quizás. Nada antidemocrático. Cinco palabras por ejemplo: por el derecho a decidir.
La situación me recuerda hoy al drama y la tragedia que esconden las amables y pícaras canciones de la película Cabaret. Con especial homenaje a la secuencia, durante muchos años censurada, en la que un joven, bello limpio y saludable, canta durante una plácida jornada campestre la aparentemente «dulce canción» EL FUTURO ME PERTENECE y con el transcurso de la estrofas se van añadiendo en coro todos los buenos alemanes que asisten a la fiesta.
El problema real en Cataluña, mas allá del espejismo oficial de «dolce vita» de cabaret, sus noctámbulas alegrías y delirios, sus canciones y ese «soberanismo de absenta» de los estrellados, es que aquí, en Barcelona, en Olot o Lérida, en el Penedés y hasta en el Alto Empordá, no se unen al coro feliz y subvencionado todos los buenos ciudadanos, y cada día que pasa se profundiza un poco más en el desgarro social.
Un futuro incierto por terrible sufrimiento social al que los políticos nefastos nos llevan. Ahí está la dirigente del Partido Popular, Alicia Sánchez Camacho a la que no se le ocurre otra cosa que gastar mas dinero para organizar otro simposio histórico, esta vez de la verdad. Menos mal que esta pasada noche no le ha ocurrido que para paliar la propuesta millonaria de su Comunidad Autónoma sobre la creación de un D.N.I. catalán nos diga que es necesario diseñar una nueva tarjeta de identidad para todos los españoles.
Y es que la delicada situación que vivimos, con tanto entusiasmo y ardor guerrero, nos vuelve a todos locos millonarios sin tener un euro en el bolsillo. Es la nueve fiebre del oro de la ideología y el crédito.
Recuerdo que no hace ni dos meses el Instituto de Estudios Catalanes (IEC) presentó en sociedad la barítona, un instrumento que complementa el tiple y la tenora y resuelve después de muchos años la falta de un instrumento grave en el grupo de chirimías de la copla. Un proyecto que estaba aparcado desde 1948 por falta de liquidez monetaria y del que no sabemos cuánto nos habrá costado a todos los españoles y qué nos costará cada vez que un músico catalán lo sople en la calle. Todo sea por la patria. Hoy mismo le ha transferido Montoro a Mas, como premio a su lealtad, 873 millones para que pague a los trovadores de la sardana, historiadores y periodistas.
No merece el comentario. Esta casta de endiosados catalanes solo piensa en ellos, no en los ciudadanos, y una vez que todo esté destrozado no van a suicidarse,noooo,seguirán como si nada hubiese pasado, sencillamente se han equivocado mil veces, solo será la escusa del cobarde amparándose en las leyes, equivocaciones pagadas por todos los Españoles con ingentes cantidades de dinero. TODA ESTA CAMARILLA YA TENDRÍA QUE ESTAR EN LA CARCEL.De no cortar, ya, el problema va a ser terrible.
Jo sóc català, nascut i criat a Catalunya i penso que els catalans independentistes donen molta pena. S’han deixat manipular per un boig com si fos un modern Hitler. Creuen que sent un país independent, les coses van a ser diferents? No tots els catalans volem la independència, la majoria dels catalans som espanyols, volem estar a Espanya i estem orgullosos de ser primer espanyols i després catalans.
Yo soy catalán, nacido y criado en Cataluña y pienso que los catalanes independentistas dan mucha pena. Se han dejado manipular por un loco como si fuera un moderno Hitler. ¿Creen que siendo un país independiente, las cosas van a ser diferentes? No todos los catalanes queremos la independencia, la mayoría de los catalanes somos españoles, queremos estar en España y estamos orgullosos de ser primer españoles y luego catalanes.