
Me ilusiona estrechar la mano a don Iñigo Paredes Camuñas en nuestro encuentro junto a la estatua de Calderón de la Barca en la plaza Santa Ana y me reconforta su mirada optimismo, de ilusión. Le espeto, así de primeras que le agradezco el haberme hecho confiar gracias a su inciativa, en la sociedad civil española, tan callada y gris en todo lo concerniente a los grandes proyectos, y él me sonríe con el rictus auténtico de la humildad que ni tan siquiera se enseña en los manuales del Actor.s Estudio.
– «Lo importante es, añade a su gesto, que por fin los ciudadanos vamos a erigir por cuestación popular en la ciudad de Madrid un monumento dedicado a don Blas de Lezo».
Le he invitado a una pequeña paseata que nos lleve desde el histórico hotel de los toreros, el reina Victoria, hasta el jardín de granito al que miran los leones del Congreso de los Diputados, ese pequeño espacio que enseñorea otro de los monumentos simbólicos de la capital. La estatua en honor de Miguel de Cervantes. Iñigo Paredes que hoy preside la Asociación Monumento a Blas de Lezo, comenzó, en solitario, a tirar del carro a través de las redes sociales hace tan solo unos meses, propuso la inciativa en la famosa web de firmas http://www.change.org/es/peticiones/monumento-a-d-blas-de-lezo-en-la-ciudad-de-madri y su lema, sencillo pero contundente «Recuperemos la memoria de nuestros héroes» cuajó con solidez en muy poco tiempo.
– «Hemos alcanzado ya las 10.000 firmas de solidaridad y apoyo, y son ya muchos los españoles que han contribuido a la suscripción popular. Por todo ello no tengo nada mas que palabras de agradecimiento. Hemos tenido centenares de aportaciones con una media sorprendentemente alta. Todo un éxito pero que en realidad me emociona por los textos que leo en muchas de las transferencias bancarias. Por ejemplo ayer leí el mensaje de un señor que incluía los nombres de sus hijos, nietos y biznietos, porque algún día pasearán junto la estatua y se sentirán orgullosos de haber apoyado el proyecto».

– Me asegura Iñigo Paredes que lleva los dos últimos meses sin parar, robándole horas al sueño y su familia para dedicarlas al movimiento social en honor del «Mediohombre» , el Teniente General de la Armada Española que en el siglo XVIII derrotó a la Escuadra inglesa en Cartagena de Indias y cambió el curso de la historia al poner punto y final al sueño británico de una América anglosajona , y la erección de una estatua en la Villa de Madrid que esté a la altura de sus hazañas y de su persona. Aficionado a la historia y el pensamiento, me sorprende su conocimiento sobre los monumentos con que cuenta la capital.
– «En España siempre ha existido una auténtica tradición por la cuestación popular para erigir monumentos. Una tradición importante a punto de quedar olvidada por la realidad de las prisas y el olvido. Muchos vecinos no saben por ejemplo que algunas de las mas importantes estatuas de Madrid se levantaron gracias a colectas públicas. La de Cascorro, por ejemplo, en la cabecera del Rastro, o la de Colón en la en la plaza del mismo nombre».
Todavía junto al pedestal que sostiene al insigne Calderón Iñigo me cuenta que hace ya cien años desapreció una inscripción situada delante del nombre del dramaturgo que decía: «La vida es sueño, pero no tu gloria» y que también falta en la actualidad, la pluma de escribir que sostenía en la mano derecha…
– » Las cosas, le insisto van deprisa, con viento a favor, desde que a mediados del último mes de diciembre se constituyo oficialmente el grupo de trabajo que impulsa el proyecto, formado por representantes de la reales academias de Bellas Artes, de la Lengua y de la Historia, junto con la Armada, el Ayuntamiento de Madrid, la Casa de América, el Instituto de Estudios Madrileños y la Asociación Monumento a Blas de Lezo.
En breve el Ayuntamiento nos propondrá una ubicación de la que dependerá el tamaño del Monumento y por tanto su coste, lo cual es muy importante. Y estoy seguro de que el emplazamiento será el lugar céntrico y destacado que D. Blas de Lezo se merece. Algunas de las localizaciones propuestas han sido la glorieta de Atocha, la calle Montalbán, el Paseo del Prado o la Plaza del Descubrimiento».

Hemos ya comenzado a andar por la calle del Príncipe en dirección a la Carrera de San Jerónimo y don Iñigo me ilustra con algunos de los retazos de la biografía del almirante guipuzcoano que nació en Pasajes en 1689.
– «En los últimos meses se ha ido conociendo la importancia geoestratégica del almirante, datos de su biografía, sobre todo gracias a la exposición que organizó el Museo Naval Militar o la publicaciones del algunos medios de comunicación y en este sentido debo mencionarle expresamente al periódico ABC. Y si es muy cierto que sin su estrategia defensiva y su capacidad militar en Cartagena de Indias, hoy en día los colombianos, los venezolanos, los chilenos y argentinos, en definitiva todos los habitantes de América del Sur hablarían inglés, yo me sigo quedando con ese ser humano y noble militar que para asumir la defensa de la Plaza decidió hundir sus propios barcos antes de que sus cañones y movilidad cayeran en manos del enemigo. Me le imagino en íntimo dolor que debió sentir al tener que desprenderse de sus naves».

LLegamos al Congreso y aquí el señor Paredes Camuñas me asegura que el pedestal de la estatua de Miguel Cervantes es uno de sus preferidos. Además la escultura creada por Antonio Solá, el último gran escultor neoclásico español, está considerada por muchos expertos e historiadores como «la mejor de Cervantes». Se inauguró en 1834 y su último emplazamiento hace tres años reveló bajo sus sillares un arca perfectamente sellada que ya se donomina «la cápsula del tiempo». Un caja patrimonial que contenía 41 documentos, entre ellos diversas ediciones de El Quijote, una biografía de Cervantes y monedas de bronce como las conmemorativas del II centenario de Cervantes de 1818. También, litografías y aguafuertes realizadas con una técnica muy depurada y que se encontraban en el interior del arca en «bastante buen estado», sobre todo «una litografía de Isabel II».
La amena conversación con Iñigo nos despista a los dos del paso del tiempo. Hace ya un buen rato que que se ha ido la luz del día y nuestros teléfonos móviles comienzan a silbar. En la despedida le reitero las gracias por su inciativa y el me contesta que «su principal objetivo es que este monumento lo levantemos entre miles de españoles. Que sea el comienzo de un cambio de actitud hacia nuestra Historia y hacia la imagen que tenemos de nosotros mismos como Nación. Un cambio de actitud que ya ha comenzado con las firmas y donaciones que conseguirán la realidad de una estatua hasta ahora olvidada por demasiadas de nuestras generaciones».
«Y si es muy cierto que sin su estrategia defensiva y su capacidad militar en Cartagena de Indias, hoy en día los colombianos, los venezolanos, los chilenos y argentinos, en definitiva todos los habitantes de América del Sur hablarían inglés.» Esta es otra de las exageraciones absurdas sobre este personaje histórico que no se sostienen. Se suceden los disparates al copiarse unos de otros sin ningín sentido crítico.