EL «BLANCO SOBRE NEGRO» DE SUSANA DÍAZ …
¿De qué sirve, por ejemplo, a estas alturas de la degeneración, que un dirigente político afirme solemnemente que su disposición frente a la corrupción política es “tolerancia cero”?
Lo dicen, cuando se ven rodeados de escándalos, como quien se encomienda a una poción mágica; como si con sólo mencionar esas dos palabras, abracadabra, la sola mención constituyera un cortafuegos efectivo que evita cualquier otra explicación.
Cuántas veces se han oído esos golpes de pecho y cuántas veces encerraban nada… Desde que llegó a la presidencia de la Junta de Andalucía, Susana Díaz lo repite a cada instante. “Tolerancia cero”, exclama una y otra vez, y lo acompaña luego de otras frases hechas, igualmente vacías de toda sustancia, como el “caiga quien caiga”, “transparencia” o “colaboración total con la Justicia”…
Todo eso es nada, al fin, porque los hechos que se suceden confirman que todo sigue igual. Y que no existe ningún arrepentimiento; ni siquiera arrepentimiento. Sostiene la presidenta andaluza que su principal deseo es que el Tribunal Supremo ponga “blanco sobre negro” todo lo que ha ocurrido y que “los que de verdad se han llevado el dinero lo paguen”.
Dice la mujer “blanco sobre negro”, una expresión equivocada, errónea, que tiene mucho de traición del subconsciente. Se dice “negro sobre blanco”, así lo recoge la Real Academia, porque se trata de que la tinta negra se impregne en el papel blanco para contarnos algo, para descifrarnos algo, para aclararnos algo, y comprometerse con lo escrito, con lo firmado.
Pero Susana Díaz lo dice al revés, “blanco sobre negro”, y en esa expresión, en esa negrura de fondo, va implícita la podredumbre que siempre se ha querido tapar y disimular. Blanco sobre negro porque Susana Díaz se siente partícipe del pasado y su propio subconsciente le dicta con sus lapsus que nada piensa aclarar. Blanco sobre negro ha escrito Susana Díaz su autoinculpación en el fraude político de los ERE.
Penoso, don Manuel. Penoso. Pobre de mi Andalucía con este nivel de políticos, de uno y otro lado, porque doña Díaz y don Moreno Bonilla, ‘tanto monta…? Y no se ve atisbo cambio, con la que está cayendo en VOX y sus guerras intestinas. Cuando quieras, hacemos una Paseata sobre la degeneración de un buen proyecto político que, algunos idealistas, seguimos con la esperanza de recuperar el próximo 20-S. Misión ‘casi’ imposible Un abrazo desde Fuengirola. Antonio de la Torre