Oda a la señoRita (para leer con tono castizo)

Escuálida cual lila caprichosa
con aires de marquesa transhumante,
su voz es de ovejita delirante,
y tiene vis de mantis religiosa.
Polilla que se sueña mariposa
amante contumaz de una bombilla
que ya, casi, ni da calor, ni brilla,
morada, circular y cochambrosa.
Sostén de lo común en lo divino,
esteta de la pica y eeh… ¡rejón!
es ninfa y dizque musa del Ansón,
que, hablando de pitita, pierde el tino.
Su piel tiene un blancor concejalino
a fuer de solearse en las capillas,
que no te quite allá, Luis, tus pajillas,
que estás para sopitas y buen vino.
Y hablando del paseo de los muertos,
la vil “cruzada mágica” simula
un tono cuasiorgásmico que adula,
engaña y miente en todos sus asertos.
Y sólo sale a pechos descubiertos.
Pues dice el refranero: a lo hecho, pecho;
a pechos me remito y en derecho,
podríamos llamarlos pechos ciertos.
Tal vez algún experto nos permita,
mirando bien a tales protrusiones,
llegar, quizás, a algunas conclusiones
acerca de las tetas de esta Rita:
si es coco, si es melón o si es peRita;
si no hay más que relleno y pezoncillo,
si no llega pa’ hacerse un bocadillo,
si abajo hay corazón y si palpita.
Como ella, cuando habla, pontifica
y es tanta su certeza que apabulla,
el pánfilo cronismo se aturulla
de modo que ya nadie le replica.
Confieso aquí y ahora que a mi esta chica
me asusta, me horripila y me espeluzna:
pues en cada ocasión en que rebuzna
la deuda capital se multiplica.
Mas he de ir acabando esta semblanza,
no hay nada en mi magín que no se os muestre;
después de este retrato de maestre,
de tanta lira, loa y alabanza,
estoy cansado y no siento la panza;
y voy a hartarme de queso y chorizo,
al rato ya veré si me alcoholizo,
y voy a ir preparando la fianza…
***
OOOOOOOOOOOOLÉ, menuda adquisición, nada menos que el GRAN PELANPE.
NORAGÜEEEEEEEEEEENA
Gran noticia, vive Dios.
El sin par Pelanpe se incorpora a La Paseata.
Sea enhorabuena.