
En los inicios de agosto del año 1492 comenzaron a abandonar España los primeros judíos en virtud del decreto de expulsión dictado en Marzo por los Reyes Católicos. Todos aquellos que se no convirtieron hubieron de tomar el triste camino de la diáspora y establecerse en otros países. Hay que hacer notar, no obstante, que media Europa los había ya expulsado previamente, o sea que no somos más racistas que los demás.
«Quiera Dios que nunca tengamos que tomar ninguno el camino del exilio como de Sefarad aquellos sefardíes del siglo XV y que la España del futuro sea para todos»
Nunca han tenido los judíos buena prensa. Por un lado, la envidia y los recelos debidos al poder comercial y económico que clásicamente han tenido, y es que eso de prestar dinero casi siempre acarrea enemigos. Por otro, sus tradiciones que pudieran resultar extrañas para muchos y los vieran como un pueblo que se consideraba especial.
Es de justicia reconocer el error que se cometió con la expulsión del pueblo hebreo, teniendo en cuenta además que los descendientes de aquellos exiliados siguen llevando a España en su corazón con el nombre de Sefarad. La propaganda antisemita continuó incluso durante el franquismo —recuérdese aquella famosa frase relativa al “contubernio judeo-masónico y el falaz liberalismo trasnochado” y ha llegado hasta nuestros días, alimentada convenientemente por la izquierda, para la cual los judíos siempre han sido los malos y los árabes los buenos.

He de reconocer que yo también durante un tiempo fui influenciado por esas teorías progres y consideraba a los judíos unos imperialistas sionistas y amigos del capitalismo yanqui. Hoy he de afirmar que, aun con sus defectos, el pueblo israelí representa en gran parte la lucha de los valores occidentales contra el radicalismo islámico, del cual nos debemos guardar todos, por mucho que algunos se empeñen en abanderar grotescas Alianzas de Civilizaciones que a nada conducen, salvo a arrodillarse ante los enemigos de Occidente.
Quiera Dios que nunca tengamos que tomar ninguno el camino del exilio como aquellos sefardíes del siglo XV y que la España del futuro sea para todos.
P:D: Podemos averiguar si somos descendientes de judíos conversos por nuestro apellido. Son de este origen gran parte de los apellidos toponímicos (Sevilla, Burgos, Madrid, etc.) los relativos a profesiones (Herrero, Panadero, Carpintero, etc.), los que denotan cualidades corporales (Garrido, Hermoso, Feo, etc.). Además en este enlace de abajo hay una larga lista al final. Muchos os sorprendereis.
http://www.revista-raices.com/enred/enred.php?art=geneal2