«Ante la conjura de la necedad sazonada con el discurso de la cobardía, el verano acaba, pero yo sueño con Proserpina mito de la primavera»
Ante la conjura de la necedad sazonada con el discurso de la cobardía, el verano acaba, pero yo sueño con Proserpina mito de la primavera, hija de Ceres, la Perséfone griega, y odio y siento celos de Plutón, dios de los infiernos, cuando pienso en sus manos, abrazándola, mientras perpetra su rapto, cuando sus dedos se hunden en su grácil muslo y en su vibrante costado, en un momento eterno del rapto que no quiero que suceda.
La deseo libre, junto a su esposo Líber, dios de la fertilidad, el vino y símbolo de la libertad de expresión y de los derechos de la mayoría de edad, celebrando juntos su día como cada 17 de marzo.
La quiero libre y en paz, de la mano de Líber, para que madure en un esplendoroso verano y un más colorido otoño de libertad.

«Me gusta disfrutar de barrocos como Bernini, o de las figuras veladas de Corradini»
Me gusta disfrutar de barrocos como Bernini, o de las figuras veladas de Corradini. Ambos nos muestran la belleza viva que late bajo la piel en la lucha permanente entre el bien y el mal o la visión absoluta de la sensualidad, de la Verdad Velada, nítida transparente bajo un velo de mármol como si de seda se tratara.

«Sueño con la llegada de Proserpina con la Verdad Velada para tratar de olvidar a los terroristas del arte los grafiteros de la política»
Sueño con la llegada de Proserpina con la Verdad Velada para tratar de olvidar a los terroristas del arte los grafiteros de la política que nos quieren raptar la primavera y echar una cutre jarapa sobre la Verdad y la Libertad.