Hoy ha empezado el debate de los Presupuestos de la Comunidad Autónoma de Extremadura, una de las pirañas autónomícas, donde gastarán miles y miles de millones de euros para chiringuitos y enchufes
España ha dejado de existir. Que afirmación más contundente ¿no?. Pues no. Un país que hace oídos sordos a todo lo que grita a voces roncas su Constitución, no, no merece existir
El gran debate sobre la mentira, la telebasura y los políticos
“En la telebasura los telespectadores están habituados a lo chabacano, a la insustancialidad, donde el disimulo es aceptado, donde solo vale la ignorancia pura y dura”
Siempre que oigo y veo a la mayoría de los políticos españoles, incluyo a los catalanes, recuerdo los atinados versos del gran Quevedo que decían:
“No olvides que es comedia nuestra vida y teatro de farsa el mundo todo que muda el aparato por instantes y que todos en él somos farsantes“
Quevedo
“Sí, farsantes ellos y nosotros que aceptamos con terrible tranquilidad sus discursos hueros y estultos. Una actitud que llega al paroxismo en televisión, toda telebasura”
Sí, farsantes ellos y nosotros que aceptamos con terrible tranquilidad sus discursos hueros y estultos. Una actitud que llega al paroxismo en televisión, toda telebasura, un espacio donde estos actores de pacotilla se crecen hasta límites indecorosos. Saben que sus mentiras y engaños llegan muy lejos, pero al mismo tiempo a lo más cercano de las personas, al salón del hogar, donde nadie cree que le van a engañar. ¡En mi propia casa, no ¡ … Y en especial si los mensajes llegan desde los programas basura.
En este tipo de formato es cuando los políticos se convierten en hábiles actores de opereta bufa. En ese territorio son capaces de venderte, lavadoras vajillas o diputados. Sin embargo, en los espacios serios, como son los informativos se les exige, por parte de esa misma audiencia, algo más de seriedad y dignidad. En la telebasura los telespectadores están habituados a lo chabacano, a la insustancialidad, donde el disimulo es aceptado, donde solo vale la ignorancia pura y dura.
El oro como moneda y material era también una mercancía y estaba sujeta a la ley de la oferta y la demanda. Cuando los galeones transportaban grandes cantidades de oro de América el valor del oro descendió