
«Cuando se desbordan los límites ¿dónde vamos?»
Nos desbordan las atrocidades que no sirve absolutamente para nada. ¿Qué le voy a hacer?. Una de dos, o una, o dos, que las dos, y menos las tres, no pueden ser. Viva la Pampa, Viva el Ombú, Viva mi Patria Vick Vaporú.
El mas incauto escribe cosas. No hay nada peor que no poder sacar tus sentimientos, pero quién los quiere en este gran saco de inmundicias humanas que hemos creado fuera de nuestras hogares.
Quién quiere siquiera expresarlos para que caigan en las cochiqueras de los cerdos que se revuelcan en el barro. Quizás las mente racionales estén obligadas a perecer en la asquerosa estupidez de la ignorancia.

«Seres viles y abyectos, viciados de orgullo y chulería, gritad vuestros sapos a los cuatro vientos para que pueda matarlos el desprecio»
Nada ni nadie está arriba o abajo. Vale tanto un rosal como como un exabrupto fuera de lugar. Vale igual la élite, que la bazofia. Dejad aquí toda esperanza, esto ya solo lo remedia una plaga grande, la peste, las guerras, la muerte.
Seres viles y abyectos, viciados de orgullo y chulería, gritad vuestros sapos a los cuatro vientos para que pueda matarlos el desprecio, porque solo os queda expulsar vuestras propias entraña podridas, para que se hundan en un abismo de costras purulentas viscosas.
No echéis la culpa de vuestras orgías sangrientas a vuestros dioses, esos que habéis creado de la nada. Sois vosotros los culpables únicos del lodo sanguinolento.

«Esta ya no es la humanidad que conocíamos, es un remedo, silueteado sobre el atardecer del pensamiento»
Y que la fuerza nos acompañe a los ángeles sufridores. La sensibilidad sublime ha de ser de alguna manera preservada. Pero yerro, no hay salvación posible en este océano de móviles berreadores, de melodías sin fondo, de personas con forma perfecta y fondo desfondado.
Sálvese quién pueda, esta ya no es la humanidad que conocíamos, es un remedo, silueteado sobre el atardecer del pensamiento.