
No creo confundirme, pero para la inmensa mayoría de españoles, esta llamada nación de naciones no es la España que queremos. Uno de los motivos es esa pertinaz manía de una parte de la sociedad de tergiversar nuestra rica y asombrosa historia, definida como «la relación de los sucesos públicos y políticos de los pueblos».
«Basta ya de falsificar impunemente el glorioso pasado español, abandonemos la insensata y perversa opción por lo políticamente correcto. Salgamos de una vez del consenso mentiroso»
Según esta definición no cabe duda de que España es una Nación perfectamente articulada, ensamblada y conformada a través de los siglos. Es una realidad sobre un mismo territorio, acogiendo con eficacia las influencias llegadas de otros lugares. Es, en efecto, una comunidad sin cambios estructurales y sin interrupciones traumáticas definitivas. Más bien al contrario, siempre se ha estructurado con ideas y propósitos comunes.
Las diversas culturas que fueron arribando a estas tierras meriodionales, se fueron fundiendo hasta conseguir esta unidad, y los que querían cambiarlo todo, fueron expulsados. Esa unidad, estos lazos comunes han conformado una plural pero única nación. Hay que aprovecharse de que la variedad enriquece y no desune.
Las diferencias climatológicas , paisajísticas y de costumbres, han servido para profundizar en un espíritu integrador. Desde hace más de cinco siglos, hubo clara intención de ser habitada por personas que tenían como objetivo pertenecer a una sola nación. Nada de nación de naciones. Eso es un dislate monumental, fruto de la profesionalización de la mentira, la dictadura del pensamiento único y traidor.Pensemos también en la educación y la politización partidista de las lenguas, que han creado un monstruo separador, en vez de integrador. Es uno de los asuntos más graves, y responsable de la efervescente ruptura de la unidad nacional.
Basta ya de falsificar impunemente el glorioso pasado español, abandonemos la insensata y perversa opción por lo políticamente correcto. Salgamos de una vez del consenso mentiroso.
Reblogueó esto en El Heraldo Montañés.