
«No voy a decir nada más, que luego, todo se sabe. Pero que estoy que no vivo en esta jornada electoral. ¡Qué emoción!»
Día de elecciones. ¡Qué emoción! Ardo en deseos de que termine la jornada electoral para ver el resultado.
Todo el mundo va a votar a A, B y C, los menos, a D; Casi ninguno a E. Pero, yo, que voy entrando en añitos y ya no me fío ni de mi sombra en cuestión de Política, no las tengo todas conmigo.
Nadie quiere a D, Pero el mercado ha estado abierto y D es muy manirroto cuando se trata de comprarse la Moncloa y esas cosillas de nada. Es que se le da tan bien a D manejar los millonazos de los sufridos españolitos, que hasta que no le vea correr en sentido contrario al avión, vea a E, desaparecer, y observe como buen testigo subir a C al lugar de las señoras esas que dicen que unidas pueden, y ver, al menos, una coalición de derechas es que no vivo.
Anoche en Sálvame, es que pasaba yo por allí, me enteré por Belén Esteban que San Judas Tadeo es milagrosísimo y estoy bien fastidiada, porque desde que despidieron de España a Dios y a los Santos sin finiquito ni nada y dijeron que éramos laicos, estoy segura de que los Santos se están partiendo la caja por ahí arriba, con sus palomitas y su coca cola, mirando como somos defenestrados por los habitantes de los infiernos, que creo yo que hoy tienen fiesta mayor.
No voy a decir nada más, que luego, todo se sabe. Pero que estoy que no vivo en esta jornada electoral. ¡Qué emoción!