
«Luego, está la masa blandita y la gente “peor” que es la que nos ofende día a día, minuto a minuto, mostrando sus caretos y acciones en la prensa y la televisión»
Hoy, utilizaremos como ejemplo algunos tópicos y frasecillas manidas, que, para eso, la situación política es también tópica y manida. Salvo las nuevas normas de Facebook, por las cuales se va a quitar de encima a millones de usuarios, con lo “difícil que está el mercado”, no es que haya muchas cosas nuevas en este mundo pequeño que es España la borde, donde la gente mala no es tan mala y la buena tampoco es que sea “para tirar cohetes”. Luego, está la masa blandita y la gente “peor” que es la que nos ofende día a día, minuto a minuto, mostrando sus caretos y acciones en la prensa y la televisión.
Si tuviera que comparar el panorama paiseño con la pirámide esa que sirve para hacernos creer que no hay nada más por debajo de los gusanos y nada más por encima del hombre, yo pondría en la base a la manada política en pleno. Sobre ella, a la masa blandita, generalmente dormida, ajena a sus propios intereses y pendiente siempre de lo que alguien dice para decir lo mismo sin preocuparse de nada más: Comer, dormir, criticar, a veces reproducirse y tomar, como masa blandita y manejable que es, el color y la forma que ha decidido cualquiera de los espabilados, – nivel inferior-, allí de donde emergen las acciones.
Y el nivel por encima de la masa blandita, que es por donde pululan los “enteraos” que llevan a cabo las acciones de los rastreros ocultos de la base.
«La masa blandita y durmiente ha conseguido ya tal extremo de indolencia que, a pesar de la poca inteligencia de esa base de la pirámide, sigue el juego»
Sobre estos, ocupa un puesto mejor el mundo de la comunicación, de color verde billete, que se encargan de ornamentar las disposiciones de la base para presentarlas con los disfraces más estrafalarios a la masa blandita y durmiente que ha conseguido ya tal extremo de indolencia que, a pesar de la poca inteligencia de esa base de la pirámide, sigue el juego; eso sí, quejándose mucho en las redes y lamentándose de que alguien “hipotético” nos va a hacer y nos va a acontecer, con lo que se convierten en profetas, pero solo hasta el nivel de rasgarse las vestiduras, poco más. Hacer algo no, que el espíritu de rebaño siempre prevalece, y lo que dice el pastor y ladra el perro, va a misa.
Por fin, en la cima de la pirámide, muchos perros aullando a la luna: en el tiempo en que no están ocupados en morderse y gruñirse unos a otros, por supuesto. Acusándose, pobres, de ser los responsables de todo, ignorando la existencia de los anteriores niveles.
“Dios nos da, Dios nos quita”. “Los extraterrestres nos manejan”. “Va a venir un fin del mundo”, como si viene un turista a la península. “Alguien nos pone la pierna encima para que no levantemos cabeza”.
Los PSOE, los PP, los Vox, Los Podemos nos van a hundir…, o estos, o los otros… ¡Lo que están haciendo aquellos, que nos llevará a la ruina! Siempre alguien externo fuera de sí mismos. Ninguna responsabilidad. Cero errores. Nada depende de nosotros. Siempre es algo o alguien el responsable.
Muy típica la frase del maltratador, por ejemplo, que antes justifica su execrable acción con la víctima gritando: – ¡Mira lo que has conseguido! ¡Lo que me haces hacer! -.
«Lo que toca la conciencia se desestima. Lo mejor es una foto en color del “enemigo” de turno y la masa blandita se siente poderosa»
Lo que toca la conciencia se desestima. Lo mejor es una foto en color del “enemigo” de turno y la masa blandita se siente poderosa y desahoga su desprecio proporcionando muchos “me gusta” o corazoncitos, o como diablos la red social de turno muestre la complacencia o el disgusto de los usuarios.
– ¡Que ilu! Ya hemos cumplido con el mundo hoy-, se dicen. Leer y eso pues no, que hay muchas letras. Es más cómodo poner un acento en cualquier imagen con el de turno disfrazado de payaso o adornado con algo que cause sensación.
El pensamiento propio puede que ocupe un lugar en la pirámide, pero esta asfixiado por la masa blanda que se extiende y ocupa cualquier hueco. Así que, de momento, eso de pensar, que ya no se enseña en los colegios, esta sobrevalorado y pudiera ser una entelequia, un mito más.
Yo sé que esto no gustará a nadie, pero ¿se han dado cuenta de que esto es el guion de una mala película y nosotros somos los extras? La productora paga poco y los pollos son de cartón, pese a ello, alguno se los come.
– ¡Es la vida! – Dice mengano, y se queda tan fresco.
Pues eso.