
«Regular por ley el comportamiento sexual recuerda a las peores dictaduras en las que los sentimientos, pulsiones y comportamientos genéticos naturales son prohibidos»
En el colmo de la mentecatez, palabro que me invento porque me da la gana, ya tengo suficiente con aguantar las que inventan los de mente buenista, estos señores de ultra izquierda coreados por el angelical coro de feministas y el Ministerio de igualdad, que se sacan de la manga nuevas coerciones anti Libertad en las relaciones humanas. Regular por ley el comportamiento sexual recuerda a las peores dictaduras en las que los sentimientos, pulsiones y comportamientos genéticos naturales son prohibidos, por decreto ley, al ser encuadrables en un mundo vectorializado de balance de caja.
Me da a mi en la nariz que estos señores, tan revolucionarios ellos en sus postulados, se olvidaron de Sartre y del Mayo francés del 68 en el que quedó claro, por lo menos para ellos y para muchos de nosotros aquello del prohibido prohibir. Pero no, ellos deciden que prohibir, coartar la libertad, es más cortarla de un plumazo es algo que como garantes de la única verdad social comunista pueden hacer por sus santos testículos (Esto demuestra una total chulería y creerse por encima de los demás, cosa muy poco igualitaria) y digo esta palabra, testículo, por ser atributo del macho y porque tradicionalmente se dijo así, incluso por las hembras de la especie. Bueno, más bien c….. que suena peor pero es más incisivo.
«Puedo asegurarles que siempre algunas quedarán fuera de la bella ecuación fruto de mentes elatas»
Las actitudes animales normales y los humanos lo son, racionales, pero también con su parte irracional, no pueden considerarse formulas invariables, porque precisamente la mente humana es capaz de llegar a la conclusión acertada de que dos y dos son cuatro, aunque perdón ¿no eran cinco? Esa capacidad de digresión en el razonamiento es la que nos hace humanos, somos capaces de pensar bien y de distorsionar el pensamiento. Aunque todo tipo de gobiernos traten de encuadrar las acciones humanas en fórmulas más o menos complicadas, puedo asegurarles que siempre algunas quedarán fuera de la bella ecuación fruto de mentes elatas.
No señores del Ministerio de Igualdad, las relaciones entre sexos y así lo dicta la naturaleza de la cual dependemos antes que de cualquier ley dictada por cualquier ser humano, porque la ley y la sociedad surgen del individuo y de su precisamente individualidad, implica que haya un cortejo entre sexos, a veces pacífico y a veces más agresivo, esto depende más de la evolución que del individuo. Lógicamente esto tiene unas reglas que no se pueden regular vía Ministerio de nada, hay unas reglas naturalmente establecidas por la evolución. Estas reglas pueden incluso llegar a veces a algo parecido a la violencia porque en naturaleza se escribe siempre con la ley del más fuerte y esta pulsión humana esta muy cerca de la naturaleza descarnada.
«Estos avances más o menos decentes forman parte del juego sexual en el que las hembras se basan para seleccionar a su compañero perfecto»
Nadie quiere llegar a ser violento, nadie quiere comportarse como una mantis religiosa, desde el punto de vista sexual. Estos avances más o menos decentes forman parte del juego sexual en el que las hembras se basan para seleccionar a su compañero perfecto, que mira por dónde en los humanos, e imagino que en todas las especies, las mujeres o como usted Ministra quiera denominarse, se inclinan por aquellos machos que siendo más agresivos son capaces de defender su hacienda, su territorio y sus hijos, o sea machos alfa, para su desgracia y muchas veces la de otros machos, más cariñosos pero poco considerados por ustedes las hembras. No tienen derecho luego ustedes a quejarse por las cualidades que eligen en sus parejas, guiadas por un inconsciente primitivo en donde este tipo de macho era fundamental para la protección de la familia, manada o grupo. De hecho una gran parte de fracasos en los matrimonios se deben a la excesiva agresividad del macho elegido por la hembra. Pero desde luego no es culpa de nadie salvo de la electora que es hembra. No hay que justificar las agresiones sexuales y violaciones, pero de ahí a hacer que un piropeador sea reo de cárcel va un mundo. Yo me inclino mas bien a pensar que el denostar este tipo de comportamiento, que tanto gustaba en el mundo correcto de nuestros abuelos y tatarabuelos, no es ni mínimamente aceptable. Decirle guapa a una mujer que pasa a tu lado tiene la misma fuerza agresiva que partir un trozo de pan de una barra. Otra cosa es que el piropo continúe tres manzanas más adelante. No obstante si esto es así solo demuestra que el piropeador es un imbécil o un enfermo lo que en cualquier caso es de muy difícil solución salvo que la hembra le suelte una buena leche.
«Regular todo sobre el comportamiento sexual me recuerda algunas dictaduras en las que están prohibidos algunos juegos sexuales, en el colmo de la mentecatez»
Yo conozco una pareja que se conoció porque él le dijo a ella que tenía una culo perfecto que le gustaba todo. Esto en la actualidad podría considerarse una agresión, dado que no se conocían, con lo que yo me hubiera quedado sin un amigo y sin una amiga pues no se hubieran casado. Las cosas humanas son bastante más difíciles de manejar que otros asuntos, porque no solo están implicadas acciones de unos hacia otros, sino pensamientos, sentimientos, impulsos, orgullos, humildades, altiveces y un sin fin de sentimientos, por favor señora Ministra no cosifique lo incosificable, en caso de ofensa ya están los jueces para dirimir la situación. Y que conste que evidentemente no defiendo las agresiones de ningún tipo, ni sexuales ni de cualquier otro. Pero regular todo sobre el comportamiento sexual me recuerda algunas dictaduras en las que están prohibidos algunos juegos sexuales, en el colmo de la mentecatez, palabro que me invento porque me da la gana.