Peor estaremos con un virus que además mate el sentido común. Por Silvia Gutiérrez Oria

«Después de tantas muertes causadas por un virus que no era más peligroso que la consabida gripe, parece indigno que precisamente el Gobierno que no ha sabido o querido impedirlas, se plantee legislar la muerte digna»
Así estamos, pero peor estaremos con un virus que mate las neuronas. Escena de una terraza cualquiera en Madrid. Aunque vacía, las mesas están a la distancia que impone la «norma». Pregunto antes de sentarme y pedir consumición , si puedo fumar, a lo que me responden afirmativamente. Tomo medio café y enciendo un cigarrillo. Al segundo, una camarera de unos veinte años, diferente a la que me ha traído mi café, me pide por favor que para fumar he de levantarme de la mesa y apartarme de ella…
Ya conozco la absurda norma impuesta por los que no saben nada, y como cada día pierdo un poco más mi carácter quijotesco.., me levanto, y fumo, y observo.., y me maravillo de lo increíblemente dóciles que somos.. Y miro con asombro como ante mí y otras dos personas que han ocupado la mesa contigua a la mía. Fuera de cámara otro empleado de la cafetería se pone a barrer, levantando un fino polvo que asciende y se dispersa en el aire a menos de un metro y medio de distancia… No sé qué clase de mecanismos rigen nuestras neuronas, pero está claro que cada día nuestra mente analiza menos y adelgaza más por falta de ejercitación para fortalecerse.
Y recuerdo en el preciso momento en que las dos personas que acaban de sentarse inhalan todo el polvo de la acera, y no sé bien por qué, quizás sólo sean secuelas de la pandemia o que simplemente uno se vuelve «malpensado» con los daños.., pero después de tantas muertes causadas por un virus que no era más peligroso que la consabida gripe, parece indigno que precisamente el Gobierno que no ha sabido o querido impedirlas.., se plantee legislar la «muerte digna».