
«Just like a woman siempre será una de mis canciones de desamor favoritas, un temazo que recibió muchas críticas en su momento por ser considerada misógina»
La cumbre pop de Bob Dylan se produjo entre 1965 y 66, etapa en la que lanza tres discos fundamentales de su carrera: “Bringing It All Back Home”, “Highway 61 Revisited” y “Blonde on Blonde”.
Su obra se electrifica para horror de muchos fans, y se produce una mutua influencia con The Beatles. El fruto fue un sonido que pasaría a la historia en algunas de sus mejores composiciones. Con “Blonde on Blonde” consigue su disco de pop más perfecto, en él no hay ninguna canción completamente acústica, folk-rock, pop con elementos de country y las guitarras españolas de “Just Like a Woman” aportaban un sonido dulce y digerible que un año después el productor Johnston perfeccionaría en el primer disco de Leonard Cohen.
Just like a woman siempre será una de mis canciones de desamor favoritas, un temazo que recibió muchas críticas en su momento por ser considerada misógina, algo con lo que estoy totalmente en desacuerdo. No generaliza, no distingue a una mujer de un hombre, sino a una niña de una verdadera mujer. Hoy creo que lleva camino de la hoguera y quien sabe hasta de su prohibición. Que se jodan, su belleza agridulce y cruel siempre estará en mi memoria y mientras me dejen en mi reproductor.
Magnífica canción ( y época)