«Creo en cierta combinación de esperanza y luz que dulcifica los peores destinos. Creo que esta vida no lo es todo; ni el principio ni el fin. Creo mientras tiemblo; confío mientras lloro». Son palabras de la escritora Charlotte Bronte que lleno mis horas de adolescencia, con esa novela que releo ya de tarde en tarde, cuando quiero sentir el romanticismo que aún late con fuerza en mis venas. La convicción de que la autodeterminación y los propios principios son lo más valioso que tiene el ser humano, sin importar su sexo y su posición social:
Hoy recordamos a Charlotte Bronte con la piel Jane Eyre. Por Mercedes Ibáñez
