Nos encierran en el patio de la ESO del pensamiento único. Por Rodolfo Arévalo

Nos encierran en el patio de la ESO del pensamiento único.

«Nos dominan con un pensamiento único, para hacer con nosotros de su capa un sayo. Por eso yo me aíslo, me alejo del ruido hertziano y leo»

Como todos los días me he despertado a las seis y media de la mañana, he sacado a pasear a la perrita que fue de mi madre. Es un chihuahua, da gusto cogerla en brazos, es todo calor y cariño. Tras esta obligación matutina, los dos desayunamos en una cocina en la que quedan en el fregadero platos de la cena anterior, los lavo y pongo a secar. El resto de la familia duerme aún. Mientras, el olor del café invade la estancia y mi perrita me pone “ojitos” con el ánimo de convencerme de que le dé pan untado en mantequilla. Así lo hago, a poquitos, porque es muy pequeña, no vaya a ser que se atragante o indigeste. Luego desayuno tranquilamente, estoy jubilado y mis luchas contra el tic tac del reloj han quedado aparcadas de por vida.

Llevo una temporada con un desagradable dolor en el brazo derecho, en la articulación, al parecer es un pequeño desgarro en un tendón, me han recomendado rehabilitación, pero me dan hora para Enero así que me he comprado unos tenses y tras unos minutos con una manta eléctrica someto a mi articulación a las descargas de los electrodos durante media hora. Aprovecho para ver u oír información mañanera y generalmente me creo la mitad de lo que cuentan, pero me hago una idea de por dónde van los tiros.

El dolor de articulación se amortigua bastante y entonces decido subir a la planta ático, bajo tejado lo llamaba la constructora, que como a todos me engañó en el precio de la casa, y me meto en mi cubil, yo lo llamo despacho, aunque lo monté con ánimo de que fuera un estudio de grabación de maquetas musicales.

Hoy la habitación insonorizada que, tengo adosada y que construí con mis propias manos hace diez años un verano, la usa mi hijo para encerrarse a tocar la guitarra, que es su instrumento profesional de conservatorio. Yo uso toda la habitación como una especie de living, estar, fumar, aunque yo no fume desde hace ya más de veintiséis años. Allí, me siento a gusto, puedo hacer cosas que me agradan, escribir para la paseata o seguir las novelas que tengo empezadas, consultar Facebook o Twitter y encontrarme con la gente que, en general no conoceré nunca en persona pero que se supone son amigos virtuales.

Hoy en día hasta la amistad puede ser virtual. De hecho, todo lo que se aparta de tu pequeño mundo real y personal es hoy en día virtual. Los únicos objetos reales son los que están físicamente en tu casa y los paquetes que llegan por Amazon. Cada día se me hace más cuesta arriba andar porque al padecer artrosis me hacen daño las rodillas. Se que adelgazar me vendría de perlas y lo intento, pero a mi edad ya no es tan fácil como antaño en que me proponía perder veinte kilos y los perdía. Voluntad no me falta desde luego, pero a estas alturas, te tomas la vida de manera más relajada y lo mismo que has dejado de ser esclavo del segundero de reloj, también deseas dejar de ser esclavo de regímenes tanto alimentarios como políticos.

En mi mundo me siento libre, tengo suficiente con mi familia y algunos amigos de vez en cuando, porque odio el bullicio de los centros comerciales, a no ser que tenga que hacer alguna compra puntual. Hay muchas cosas en el mundo actual, que ya no me interesan. No sé si la sensación de que el mundo es diferente es real o no, lo que puedo asegurar es que las personas si lo son, igual que en alguna remota cueva de Cromañón, pero lo que sí es real es la cantidad de individuos que pululan a su interés, pasando de las necesidades de los demás. Los peores son sin duda los que dicen dedicarse a la política, que deberían volcarse en la consecución de facilidades para que sus gobernados vivan decentemente, y no solo no lo hacen, sino que se dedican a tirarse los trastos a la cabeza en un incesante deseo de quítate tú, que me pongo yo que soy mucho mejor que tú. En realidad todo se reduce a subir más alto y ganar más.

Esto es lo que yo denomino el famoso patio de la ESO, un mundo adolescente en el que hay que ser el más guapo, el más simpático, el más gallito y el más “molón”. A esto hemos llegado los seres humanos, a tener unas sociedades infantilizadas en las cuales una serie de individuos listillos quieren hacerse con el poder total y manejar a las masas a su antojo. Tenernos a todos con un pensamiento único, para hacer con nosotros de su capa un sayo. Por eso yo me aíslo, me alejo del ruido hertziano y leo lo que quiero, oigo lo que deseo, opino libremente y solo me reúno o dialogo con quienes creo que merecen la pena, el resto del tiempo lo paso aquí recluido a mi aire. Por eso el confinamiento del Covid, que ahora sabemos fue ilegal no me afectó, mi vida continuó igual que siempre, salvo quizás por algunas pequeñas salidas que a veces me permito, y hoy, como todos los días me he despertado a las seis y media de la mañana, he sacado a pasear a la perrita que fue de mi madre. Es un chihuahua, da gusto cogerla en brazos, es todo calor y cariño. A esas horas las calles están frías y bastante solitarias salvo por los escolares.

Rodolfo Arévalo

Nací en Marsella ( Francia ) en 1954. Viví en diversos países debido a los destinos que tuvo mi padre ( diplomático ). Estudié en colegios franceses hasta la edad de 12 años. Estudié bachillerato y COU en el colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid. Estudié música en el Real conservatorio de música de Madrid, formé parte y pertenecí a varios grupos musicales entre ellos “ Los Lobos “. Creé varios grupos musicales de Pop Rock. Toco el bajo y compongo canciones, música y letra. Estudié Fotografía general y publicitaria, diplomatura (dos años) de cinematografía e Imagen y sonido equivalente a Técnico Superior de Imagen y Sonido. Soy socio Numerario de la SGAE desde el 1978. Pertenezco a la Academia de Televisión. Soy un gran lector de libros de ensayo, divulgación y de vez en cuando novela. En el año 1985 Ingresé por concurso oposición a TVE. Fui ayudante de realización y realizador. En el año 2009 me pre jubilaron muy a mi pesar. En la actualidad estudio programas de tratamiento de imagen. He escrito varios guiones de cortometraje y realizado el que se llamó “ Incomunicado “, tengo otros en proyecto. Soy muy crítico conmigo mismo y con lo que me rodea. Soy autor de las novelas “El Bosque de Euxido” y "Esclavo Siglo XXI publicadas en Ediciones Atlantis. También me gusta escribir prosa poética. Me he propuesto seguir escribiendo novela.

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