
“Vergüenza de un periodismo al dictado. ¿Se han acordado señores y señora periodistas, título que no merecen, esta noche de Rita Barberá?”
Señores y señora periodistas, título que no merecen ¿Ustedes preparaban sus noticias de indicios abrumadores, o recibían órdenes de Ferreras de prepararlas, para luego recogerlas en La Sexta? ¿Han podido dormir esta noche con el archivo de la Audiencia de Valencia de la causa del blanqueo de capitales a varios ex concejales del PP? ¿Se han acordado de Rita Barberá?
La vergüenza de un periodismo al dictado como en el cole, cuando el profesor de lengua controlaba cómo andábamos de haches, bes, uves, jotas y elles. La televisión de Ferreras & Friends, desvirtúa el sentido social y la función de servicio público de los medios de comunicación, para convertirse en instrumento de manipulación informativa y propagandismo partidista.
Cuando las libertades de expresión y de prensa se combinan y se proyectan aviesamente sobre la sociedad a través de los medios audiovisuales, especialmente de la televisión, la democracia misma puede estar en peligro, sustituida por la telecracia para manipular la audiencia, y así alterar la percepción personal que esos individuos pudieran tener de la sociedad y de los asuntos públicos y políticos.
Esa manipulación puede hacerse por omisión (callar lo que no interesa), con hiperinformación (dar mucho más de lo necesario, para cansar al público), con partidismo (dar sólo una versión, siempre la misma), trivializando, mezclando información con opinión, tergiversando datos, programando producciones con mensajes subliminales. Es decir, La Sexta.