
«Saludos señor presidente, colegialmente le llamo Pedrusco y espero que no se ofenda, porque a mi parecer nos ha caído buena piedra con usted»
Saludos señor presidente, colegialmente le llamo Pedrusco y espero que no se ofenda, porque a mi parecer nos ha caído buena piedra con usted a muchos españoles, y de todas formas su nombre quiere decir, piedra. Gracias a la Ley d’Hondt y un poco a su vanidad cegadora Vd no se da cuenta verdadera de a cuánta gente le está causando mal, incluso a sus propios electores, porque no creo que estos tengan bonos de descuento para sus impuestos y recibos desorbitados.
En el fondo… bueno… no tan al fondo porque «aunque se vista de seda en mono se queda», usted no es ni un gran ni un buen presidente, es chabacano, sin clase, prácticamente haciendo el ridículo y la responsabilidad de lo que fuera le viene grande. Usted no gobierna, imagínese si no pudo cargar con su tesis, como va a poder torear con la nación más antigua de Europa. España le viene grande y mucho habría que contar y si en verdad concilia bien el sueño con todos los pactos que ha realizado, con todo el mal causado. Vd. no tiene entrañas. Buenos días señor presidente y siga en su nave dorada viviendo, muy cara por cierto