guirong fu 
«Ucrania se desangra… como sólo se desangran las grandes naciones: regando con su propia y heroica sangre la simiente de su futuro…»
Ahora que el mundo ha comprendido ya que, en efecto,
Putin quiere liberar a Ucrania del puto nazismo
-como atestigua el paisaje de Bucha, de cadáveres sembradito-;
ahora que el pueblo ruso ya conoce las nobles intenciones
que guían la ‘operación militar especial’ de su máximo mandatario
sobre ese cobarde, indigno y miserable pueblo ucraniano;
ahora que los únicos lamentos que hieren el aire de su tierra
son los de esos perros famélicos que siguen extrañando a sus amos
porque nadie ha sabido contarles la razón de su larga ausencia;
ahora que en las iglesias que se siguen manteniendo en pie
apenas ya ni los más viejos del lugar para rezar se acercan
por cuanto, ahítos de incredulidad y desesperanza,
no encuentran, para ello, ni el más leve porqué;
ahora que entretienen su dolor, su llanto y su zozobra
enterrando, entre tristes flores mustias, sus gélidos y mustios muertos,
héroes y mártires a la fuerza… porque someterse al enemigo nunca cupo en ellos;
ahora que un pueblo al que por tanto tiempo tuvo por hermano
de repente y absurdamente decidiera soltarle de la mano,
permitiendo, al gran ogro, de un solo golpe desbaratar todos sus sueños;
ahora, sí, que ese mal llamado ‘mundo libre’, haciendo dejación de su propia libertad,
al pie de uno de los ‘caballos del apocalipsis’ le ha dejado
por no estar ‘al corriente de pago’ de no se sabe qué obligada mensualidad,
Ucrania se desangra… como sólo se desangran las grandes naciones:
regando con su propia y heroica sangre la simiente de su futuro…
y ahogando en la vergüenza, en el oprobio y en la indignidad
a quienes la invadieron sin motivo y sin contemplaciones
y a aquellos que, impasibles, vieron, en pocos días, derrumbarse todo su mundo.
