De ETA al CNI. Por Unai Laño

De ETA al CNI. Ilustración de CUBO

«ETA jamás murió, dejó de matar. El odio a lo español, ese rechazo, xenofobia y racismo a los que no compartimos ese sentimiento nacionalista jamás acabó»

Mertxe Aizpurua, redactora jefa del Egin, panfleto que se dedicaba a señalar a los próximos objetivos en el País Vasco de la banda terrorista ETA durante los años de plomo. Una mujer condenada a prisión por apología del terrorismo que aprovecha cada intervención en las Cortes Generales para calificar a los etarras como “soldados vascos” y una tipa, autora de Argala. Pensamiento en acción. Vida y escritos, biografía de uno de los líderes más sangrientos de ETA, se ha convertido en la nueva salvadora en el Congreso de Pedro Sánchez.

Sí queridos amigos, poco nos pasa, no teníamos suficiente con aguantar la humillación diaria por parte de EH Bildu hacia los que no compartimos su pensamiento único en estas tierras, como para tener encima que contemplar ahora la imagen, nada más y nada menos, del mismísimo presidente del Gobierno de todos los españoles rendido a sus pies suplicando pleitesía y agradeciendo su “sentido de Estado”. Como vasco no puedo explicar con palabras el maltrato, la vergüenza y la vejación que siento al ver blanquear a ciertos herederos de aquellos que no han renunciado absolutamente a nada años después, que continúan con el pensamiento de que los criminales fueron unos “gudaris”, que no han condenado ningún acto terrorista y no han pedido perdón por los más de 850 asesinatos cometidos durante décadas sin mostrar pizca de arrepentimiento, sembrando el terror, el caos y la emigración de esta tierra, ensuciando y manchando el nombre de todos los vascos.

Y es que el terrorista nunca se convierte en exterrorista, básicamente porque el fallecido jamás vuelve a resucitar. ¿Se imaginan ustedes acaso a los terroristas de Al Qaeda, autores de la mayor barbarie que ha padecido en toda su historia Estados Unidos con más de 2.000 fallecidos, sentados en el parlamento estadounidense, marcando la hoja de ruta que debe de seguir la nación? ¿O salvando in extremis al gobierno de turno en sus decretos convirtiéndose en su mayor socio natural y preferente, evidenciando su debilidad? Ni por asomo. De hecho, el señor Otegi no puede ni sobrevolar el espacio aéreo estadounidense al haber sido condenado en España por pertenencia a banda armada, en España es miembro del CNI.

Pero queridos lectores, esto no ha hecho más que comenzar, está en marcha el proceso de blanqueamiento mediante nueva alianza PSOE – Bildu. No tardaremos en ver como nuevo lehendakari al señor Arnaldo sustentado por los que llevan una veintena de socialistas asesinados entre sus filas. No puedo decir que tal acontecimiento futuro sea de mi agrado por la degradación institucional, moral y económica que traigan tales formaciones, ya que la ETA jamás abandonó el marxismo de entre sus ideologías como manera de hacer política, pero no quiero ocultar mi sentimiento de agrado que tal suceso supondría para el fin del PNV, partícipe indirecto de la alimentación del monstruo creado para que finalmente se lo acabe devorando.

Una sociedad que no conoce su historia está condenada a repetirla. Pero no es desconocimiento el germen de la victoria final de la banda 40 años después, sino años a espaldas de blanqueamiento y normalización social del sentimiento representado, sumado a la eliminación de la historia en libros de texto, tejiendo futuras generaciones analfabetas e ignorantes. ETA jamás murió, dejó de matar. Ese odio a lo español, ese rechazo, xenofobia y racismo a los que no compartíamos ese sentimiento nacionalista jamás dejó de estar presente. Continuó el miedo al simple e insignificante hecho de lucir una pulsera en la muñeca con la bandera de nuestro país, o incluso a mostrar preferencias ideológicas corriendo el riesgo de seguir siendo señalado y el peligro de ser apartado, agredido, insultado o humillado haciendo la vida imposible a la persona discrepante. Supieron adaptarse en el tiempo y aprendieron a conseguir mucho más rédito político y económico estando representados en las instituciones siendo financiados que apretando gatillos. Lo que en decenas de años matando no consiguieron, lo han conseguido en apenas unos meses a través de pactos con el PSOE, los mismos que pactaron su “disolución”.

ETA ha derrotado al Estado, sin desperdiciar tan siquiera una bala.

Unai L. Matas

Mi nombre es Unai Laño Matas, tengo 20 años y resido en el País Vasco, doblemente por ello español. Defensor del constitucionalismo y la unidad de España en estas tierras hacen que mi lucha se convierta en obligación más que afición. Siempre he considerado pilar básico fundamental la batalla cultural y la no sumisión ante la izquierda. El verdadero español no lucha porque odia, sino porque ama lo que tiene detrás.

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