«De Diógenes compré un díala linterna a un mercader;distan la suya y la míacuanto hay de ser a no ser.Blanca la mía parece;la suya parece negra;la de él todo lo entristece;la mía todo lo alegra.Y es que en el mundo traidornada hay verdad ni mentira;todo es según el colordel cristal con que se mira.»
Poema Las dos linternas, contenido en el libro Las Doloras, del naviego D. Ramón María de las Mercedes de Campoamor y Campoosorio.

«Vivimos una época llena de oportunidades. Las crisis de unos son el provecho de otros. De trabajar con las manos pocos se hacen ricos»
Hoy, a petición de alguien a quien tengo en buena estima, debería hablarles de la contaminación acústica, aquella que implica molestia, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o sus bienes con independencia de su naturaleza, como consecuencia de la emisión de sonidos, ruidos o vibraciones, y que tiene más importancia de lo que la mayoría cree. Que yo no tengo ni idea, pero vivo en ambientes de sosiego y placidez, y le parece, a esa persona, que eso me confiere cierta autoridad sobre el tema.
Sin embargo, cuando precisamente me encontraba en una céntrica calle de mi ciudad prestando atención a los diferentes ruidos y sus orígenes, me vino a saludar una de esas personas que resultan interesantes tanto por su forma de ser como de razonar y dialogar, y me desvió de mis intenciones.
Este caballero, persona de éxito en los negocios y en la vida, es de la opinión, certera, de que para triunfar no basta con ser inteligente y trabajador, también hay que saber frecuentar determinados ambientes, saber plegar velas y dejarse mecer por las olas hasta la llegada de vientos favorables.Y si además hay suerte, miel sobre hojuelas.
Las hojuelas son porciones aplastadas y fritas en aceite, de masa de harina, huevos y agua, espolvoreadas con azúcar o untadas de miel, típicas, en otros tiempos, de celebraciones y fiestas. Hay quien las llama «orejas» y «pestiños».
Considera, este conocido mío, que si hay que jugar al golf, te compres un juego de palos y un vestuario acorde; que si hay que comprar un coche, da igual que el motor esté machacado, lo importante es que por fuera parezca recién salido de fábrica; que si hay que frecuentar determinados restaurantes o bares de copas, comas y bebas de lo más caro, aunque en tu casa no degustes otra cosa que patatas y berzas; porque quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija, y quien siembra, recoge.Dice, y coincide con la opinión de mi muy estimado Fitz-Edwards, D. Jacobo, que no se puede salir de casa en pantalón y manga corta, sino con americana de buen género y corte, y corbata, y pañuelo.
Y claro, un servidor se ha pasado la vida haciendo justo lo contrario, porque el comer buenas viandas me pierde, y lo de sacrificarme a base de berzas… Pues no lo he hecho, no, la verdad. Además hay que añadir que a medrar poco ayuda el ser un soñador, y a mi medio siglo holgado aún no se me ha curado la terrible enfermedad de la ilusión, y así no se llega con provecho a ninguna parte.
No es lo mismo tener en propiedad una finca de varios cientos de hectáreas y otras tantas vacas, que si te dejan un duro bienvenido sea pero si no lo hacen no pasa nada porque el dinero te viene de otro sitio, y un caserío de revista, para pasar el rato contemplando atardeceres sin haberte manchado las manos con el estiércol, que ver amanecer sentado en el tractor mientras repartes fardos de microsilo y tienes cuarenta vacas en tierras arrendadas.Conoce mi conocido la naturaleza humana y especialmente la de los políticos, sobre todo la de los de la siniestra, que aman lujo y dinero sobre todas las cosas, y por eso afirma que nunca perjudicarán a los ricos y por el contrario siempre lo harán con los pobres. Envidian la vida suntuosa y regalada, y saben que sólo hay dos formas de llegar a ella, o robando o favoreciendo, y la segunda opción siempre es para los mismos, para los que tienen.
Que sube el pienso, que suba, alguien lo pagará.Que suben los impuestos, que suban, tus operaciones son, individualmente, de un mínimo de seis ceros a la derecha, así que algo quedará.
Que la gasolina se pone a tres euros y tu coche es, como poco, un cuatro mil ¡ A ti qué más te da ! Si no deja de ser calderilla.
Que convierten la educación en una filfa, problema para quien no puede enviar a sus hijos a estudiar a una universidad de pago en el extranjero.
Que no encuentras trabajadores para el campo como consecuencia del sistema de subsidios compravotos y fabricante de vagos, te compras unos billetes para la Argentina, te vas unos días de vacaciones allí, y contratas a un gaucho de La Pampa, que siempre te estará agradecido por permitirle seguir viviendo hasta la muerte sobre la silla de un caballo, haciendo lo único que para él tiene sentido en esta vida, y dando a su familia la oportunidad de escolarizar a sus hijos y tener un futuro muy distinto al que tendrían en su país natal. Y encima tu esposa estará feliz por haberle regalado unas vacaciones fabulosas.
Vivimos una época llena de oportunidades. Las crisis de unos son el provecho de otros.A mayor miseria para la mayoría, mayor riqueza para la minoría.
De trabajar con las manos pocos se hacen ricos.
– Ay, Luis, qué tonto has sido siempre, ya ves cuan diferentes nos vemos. Poca atención prestaste a las clases que nos dieron.La felicidad está mejor con los bolsillos llenos.
Y tal vez tenga razón. Desde luego, él tonto no es.Pero ya no hay remedio. Seguiré viendo rayar el alba, viendo la luz cegadora del sol cuando surge sobre el horizonte, metiendo el brazo en el interior de la barriga de una vaca para tirar del ternero que viene grande o torcido, dando un mendrugo de pan duro y seco a una de las chivas que he dejado este año, gradeando día y noche cuando llegue la sementera, durmiendo pobre pero tranquilo.