La Calviño ha crecido a la sombra de don Narciso. Por Guirong Fu

La Calviño ha crecido a la sombra de don Narciso

«Ya me disculparán Uds. si me pongo un poco guasón: En lo único que realmente la Calviño ha crecido es en mirarse una y otra vez al ombligo»

Ensalzan algunos medios -al modo que lo hace Pedro I El Felón-

la réplica de la Calviño a Espinosa de los Monteros;

réplica que le valió, por parte de sus compañeros

-¡quién lo diría! -, la más sonora ovación:

-¡Es de admirar, en ella, su raudo crecimiento político!

 

¡Ja; ya me disculparán ustedes si me pongo un poco guasón:

En lo único que realmente la viceprimera ha crecido

es en mirarse una y otra vez al ombligo;

no tanto por ella misma, me huelo y malicio,

cuanto por hacer, de don Narciso,

público apoyo, defensa a ultranza y aun veneración!

 

Y es que cuando uno, una o une se encandila

con quien le puso, en la cresta, tanto relumbrón,

nada más probable que convertirse en su servil cobista,

siquiera para acabar calcinado en el mismo fogón:

Pongamos que hablo del ‘volcán de las urnas’,

sin ninguna duda ya en plena ebullición.

 

Tranqui, querida; que mientras España se descoyunta,

a ti nadie va a quitarte tu pedazo de sinecura,

y a tu jefe, el Dr. Cum Fraude, su vitalicia pensión.

Y es que no cualquiera vale, Sra. viceprimera,

para enaltecer LA INCOMPETENCIA

a fuerza de falsedad y vergonzante sumisión.

guirong fu

Tengo 60 tacos; es decir, una linda juventud... prolongada.
Catalán y ESPAÑOL de Barcelona, en donde ahora vivo feliz,
pues, TENIENDO SALUD, no me falta de nada.
Guirong Fu, en Twitter, decidí hacerme llamar;
y todos saben que es Nietzsche quien puse en mi avatar.
No hay en mí afán de ocultamiento,
pero va con mi talante el anonimato.
De otra suerte, aunque les pusiera mi retrato,
no habrían de reconocerme ustedes un pimiento.
Den todos por bien seguro, sin embargo,
que, siempre que se trate de defender MI DIGNIDAD
y EL HONOR de quienes me honran con su amistad,
no habré de ocultar de mí ni un solo dato.
¿Mis intereses? Los mismos que siempre tuve:
El humanismo, la buena literatura y el ámbito entero de la psicología.
Y aunque en la política no siempre demasiado me entretuve,
los años me han llevado a querer tomarle la medida:
Me duele su arbitrariedad, su falta de sentido común, sus dislates.
Su ambición soez, su arrogancia, su desvergüenza, su hipocresía.
Me indigna que me deslumbre con sus lindos 'escaparates'
y que cuando entramos a 'comprar' no nos dé más que porquería.

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