
«Con este gobierno, tan bueno, social, igualitario, comprensivo y tan acogedor de inmigrantes, los españoles vamos de culo y cuesta abajo»
Con este gobierno, tan bueno, tan social, tan igualitario, tan comprensivo, tan acogedor de inmigrantes y las demás cosas, los españoles vamos de culo y cuesta abajo. Ser español, en España, va a ser un ejercicio de sufrimiento y fe ciega en tus convicciones. Pero sobre todo va a ser una cuestión de cabezonería e insistencia. La alternativa a esto es tener criterio y pensamiento propio, en la actualidad asunto imposible, por la mente plana de muchos individuos que solo se atienen a los ritornelos machacones, repetidos por los ministros y bastantes medios de información, expuestos hasta la saciedad acerca de lo igualitario, fraternal y humanitario que es el pueblo español.
Que sí, que somos muy buenos, poco racistas y muy empáticos, pero eso no deja de ser una estupidez cuando los problemas no deben ser resueltos por el pueblo sino denunciados a las autoridades. Estas, tienen que ejercer como tales y proteger al pueblo; su pueblo, el que les empodera y les paga para que esos asuntos se resuelvan. No veo que este sea el caso en este país, que antes era uno solo y se llamaba España, y que ahora parece ser un mosaico de paisillos, pequeños y mal avenidos, no por sus habitantes sino por sus políticos.
Parece que lo único que importa al que se dedica a la política, es permanecer con las posaderas en el butacón del Hemicirco, por llamarlo de alguna forma, y cobrar pingües pagas por hacer bulto, ya que el voto que se ejerce queda más bien al criterio de los líderes de las formaciones y es difícil que alguno pueda disentir, porque en las siguientes elecciones generales estaría fuera de la foto de la lista electoral de su partido. Habría que poner en marcha algo parecido a las normas que va a aplicar la Presidenta Italiana Meloni, en su país, aquí sería imposible, ya que esto no sería visto como algo que protege la cultura del país, sino como un acto de racismo… algo fascista a tope. Qué racistas somos los españoles que tan bien mezclamos nuestra sangre en Hispanoamérica. ¿Tiene alguien duda de esto?
Si algo no es el pueblo español, es racista. Lo que sí es, a diferencia de sus políticos, es prudente, sabe que no se pueden confundir Churras con Merinas y que la mezcla de civilizaciones, si las entrantes no se integran y asumen los valores de la de acogida, es imposible, máxime cuando las diferencias no solo son culturales, sino religiosas y también de educación y evolución social. Las violaciones en la España de los años ochenta y setenta eran casi simbólicas por escasas, pero ha sido desde los últimos años, mas o menos desde el dos mil cuatro, cuando estas se han multiplicado de manera geométrica y ¡oh! coincidencia, la mayoría de los casos los producen los inmigrantes del Magreb y otros lugares de África. Bueno salvo algunos casos de bandas criminales organizadas provenientes del este de Europa. Además, para colmo, muchos son cometidos por los denominados MENAS, o sea menores de edad. Menores en Europa, porque en sus lugares de origen, estarían casi todos trabajando y con pareja, incluso con algún hijo en camino o teniendo ya varios.
No se puede observar desde Europa África con ojos de adolescente, o sea un lugar beatífico, del que las buenas personas, no digo que no las haya, abandonan su hogar para prosperar en Europa. Este tipo de inmigración, debe estar reglada y reclamada por el país de acogida, porque si no lo único que se consigue es el desorden y el caos. Véanse los barrios de exclusión en Francia, las zonas Sharia, donde impera la ley musulmana, por encima de las leyes del estado francés. Lugares en dónde hasta la policía tiene miedo de entrar… ¿¡Queremos una España así!? Yo me niego a creerlo, no queremos un país en el que circular por la calle o por algunas zonas sea un ejercicio temerario, según a que horas. Es que ya nadie se acuerda de aquella época de los setenta y ochenta en que se podía ir a cualquier lugar del país, sin miedo a ser asaltado, en el que la violación de una mujer era algo extraordinario y por ende publicitado en titulares en prensa.
Parece que se ha olvidado todo esto por mor de la política corrección y el oler palitos con mierda, llevando la nariz empinada, por algunos, que desprecian a los que no piensan como ellos. Mucho feminismo, mucho anti machismo, pero eso sí, siempre que este machismo lo ejerzan los hombres españoles heterosexuales y blancos, de otra manera no lo sería, porque pondría en entredicho la realidad que quieren imponer unos cuantos, que ni son mayoría ni lo serán nunca. Solo hacen ejercicio de purga de sus propias obsesiones y culpas. No hay mayor partidario que el que fue a la contra de su actual pensamiento palabra u obra. Por todo esto es por lo que con este gobierno, social comunista, tan bueno, tan social, tan igualitario, tan comprensivo, tan acogedor de inmigrantes y las demás cosas, los españoles vamos de culo y cuesta abajo. Ser español, en España, va a ser un ejercicio de sufrimiento y fe ciega en tus convicciones. Pero sobre todo va a ser una cuestión de cabezonería e insistencia. Lo que no sé, aunque lo imagino, es porqué la Unión Europea no ha llamado al orden a este gobierno.