El Eje Rojo-Verde, la Alianza entre el Comunismo y El Islam. Por Lucía Martínez

Para J.M.V.L. Un Ingeniero con Corazón de Paracaidista.

«La simbiosis que tienen con el Eje Rojo-Verde terminará irremediablemente estallando y enfrentándoles con un pésimo final para la izquierda»

Si les digo que hoy les hablaré del Eje Rojo-Verde probablemente piensen en la connivencia que hay entre el ecologismo actual y la izquierda.

Pero no, me refiero al extraño contubernio entre el Comunismo y nada menos que el Islam, cuyo color es el verde por la relación que tiene con el paraíso en su símbología y que predomina en la mayoría de banderas de la Comunidad Islámica Mundial o Ummah.

Por insólito que pueda parecer a priori, que el libertinaje más extremo y aberrante al que  se ha entregado el progresismo, con la total deconstrucción de los valores familiares y las tradiciones de su propia cultura pueda tener algo en común con este reaccionario, incluso medieval ultraconservadurismo religioso oriental, no lo es tanto. La guerra une a extraños compañeros de viaje y el control por el poder en el nuevo orden mundial bien lo merece.

De hecho, no es ni mucho menos la primera vez que el Islam no solamente se alía sino que expresa su ferviente admiración por ideologías totalitarias, racistas y genocidas tan opuestas aparentemente a su idiosincrasia y credo, como es por ejemplo la que manifiestan aún a día de hoy por el Nacionalsocialismo del Tercer Reich y el propio Hitler como líder.

Entre las coincidencias del Comunismo y el Islam podemos encontrar la instauración de un Totalitarismo Radical y castrante para el individuo y la sociedad como régimen de gobierno. En el comunismo mediante el ateísmo que Marx defendía para despojar al hombre de su esencia espiritual y en el islam o «sometimiento» que es lo que significa el término, como teocracia. Mao-Tse Tung creía ser ambos, la ley y Dios y de ahí que se hiciera llamar como tal, Wufa Wutian. El hecho de haber nacido estos dos movimientos en dos áreas geográficas completamente distintas y con 1.200 años de diferencia, el uno en la desértica Arabia y el otro en el corazón de la más civilizada Europa no les hace tan diferentes en sus objetivos, solo en la forma de alcanzarlos.

Los dos se sirven también de las Violaciones Sistemáticas de los Derechos Humanos como en toda dictadura. Han perseguido el Expansionismo Mundial a Fuego y Sangre. Y perdieron frente a las Democracias Occidentales y la Cristiandad todo su pasado apogeo y Poder a pesar de las terroríficas matanzas de millones de seres humanos que perpetraron. Es por ello, por lo que colocan por encima de sus diferencias, por aberrante que les parezcan los postulados de su aliado, su principal finalidad y anhelo que no es otro que la DESTRUCCIÓN del CAPITALISMO (de ahí que sean también profundamente antisemitas ya que identifican al judaísmo con las élites) para reemplazarlo por el colectivismo.

El Cristianismo sigue siendo a día de hoy la religión mayoritaria en el mundo, con 2.400 millones, de los cuales 1.360 son católicos. Mientras que el Islam se situa en segunda posición con unos 1.600 millones y no será hasta el 2050 que llegue según se prevee, al actual ritmo de crecimiento, a la primera posición.

Todo esto lleva tiempo fraguándose, no es nuevo. La idea de implementar un Nuevo Orden Mundial que empezó a germinar en Occidente en la era moderna, ya existía entre los principios del Islam en el Dar Al-islam o Casa del Islam, que significa el reino de la paz. Y solo se logrará tras someter todas las tierras ocupadas por infieles con el reino de la guerra o Dar Al-harb. La Yihad, por mucho que nos quieran vender otras explicaciones que no son de aplicación en el concepto de la Guerra Santa, es la obligación que tiene todo musulmán de expandir la fe “con la lengua, con las manos y con la espada”. Si bien existieron hasta los años noventa grupos islámicos moderados, que aceptaron las reglas de Westphalia en su compromiso de adoptar políticas de no injerencia entre Estados, han desaparecido a día de hoy como apuntó Samuel Huntington y predomina el extremismo más radical promocionado por la escuela de pensamiento wahabista saudí.

Mientras tanto en Occidente, se les ha estado allanando su llegada con el fomento de la ideologia de ultraizquierda (incluso en EEUU) bajo el pretexto de los derechos sociales de los trabajadores y colectivos tradicionalmente marginados, para el desembarco de esta invasión paulatina y constante que se vale de la taqqiya (acto de disimular las creencias religiosas y de fingir simpatía por los infieles mientras llega el momento de la yihad) para camuflarse y arraigar, valiendose principalmente de nuestra ignorancia y corrección política. Y con un grado de barbarie incluso mayor que en la propia Ummah, donde de los 46 países que la forman solo 4 son abiertamente estados islamistas, es decir donde rige la Sharia como forma única de gobierno: Arabia Saudi, Irán, Yemen y Afganistán.

Paralelamente, el comunismo ha progresado también más que adecuadamente mediante manifiestos fraudes electorales y se ha hecho con el Poder en extensas regiones de Occidente, incluida aquella Iberoámerica que tanto se les resistió a pesar de lo mucho que agitaron la lucha de clases, con la proliferación de guerrillas marxistas espoleadas por la Teología de La Liberación de los jesuitas. En Arabia Saudí calculan que en 2.030 se les habrán agotado las reservas petrolíferas que han sido prácticamente su única fuente de ingresos desde su creación como estado. Pero Iberoamérica conserva aún sus vastos recursos naturales, más las plantaciones de coca en los ya públicamente conocidos narcoestados.

En relación a España, para aquellos aún escépticos que tildan lo que se nos avecina de catastrófismo y conspiranoia les recuerdo que la Invasión Musulmana en el año 711 de la Península Ibérica, está siendo reproducida en el momento actual con cada uno de los factores propiciatorios de los que se valieron para su culminación y éxito.

Sin embargo, la actual que ya estamos sufriendo será más efectiva y lo que es peor definitiva, al no haber tenido lugar mediante una campaña militar invasora, existir libertad de culto y ser ya ciudadanos de pleno derecho con privilegios incluso por encima de la ley de forma fáctica, respecto al resto de la población.

Esta simbiosis que tienen terminará irremediablemente estallando y enfrentándoles con un pésimo final para la izquierda, dado que el Islam aparte de considerar como las peores aberraciones sus axiomas actuales, ve a los ateos como politeistas o mushricks, es decir, en la escala más baja a diferencia de cristianos y judíos que pertenecemos a religiones monoteístas y por lo tanto somos «Gente del Libro» por la Biblia. Pero si bien no se puede augurar que les sean tenidos en cuenta los servicios prestados y cuando llegue el momento sufrirán la peor barbarie imaginable, eso no nos librará tampoco a nosotros de lo que se estipula para los vencidos que se nieguen a la conversión de no remediar a tiempo esta situación.