
«Una Ministra del Gobierno Sánchez, Ione Belarra, como en toda dictadura, ha señalando en su camiseta públicamente a un ciudadano español simplemente por ser hermano de @IdiazAyuso Es repugnante e intolerable. Toda mi solidaridad con él y su familia. Ni un paso atrás.»
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-Siempre me pareció, la Belarra,
mucho más una colegiala
que una mujer hecha… y ‘derecha’;
pero ayer se me antojó una niñata
más bien de corta talla
-en lo físico igual que por su cabeza-
por mor de su deslumbrante camiseta.
-¿Era de un cantante famoso, tal vez,
(2)
el cabezón que alguien serigrafió en ella?
Pues no; justo el hermano era
de la Sra. Ayuso, nuestra presidenta.
-Entiendo: se habrá pasado,
el tío, con toda la cara,
al partido de la Belarra.
¡Qué cosas! ¿Estará enamoriscado
de la vivaz e indomable chicuela?
(3)
-Bien podría ser: destaca, ella,
por cierta gracia natural
y no anda nada escasa de belleza.
-¡Por Dios! ¿Cuántos cubatas
se sopló usted esta mañana,
que anda tan mal de la cabeza?
Como le oiga su amiga la marquesa,
va a llevarse tal andanada
de su morada boquita de fresa,
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que le pondrá a Ud. de vuelta y media.
-¡Quia! Que es, ella, mujer muy templada,
además de dulce, empática, afable y tierna.
-Con su permiso, llamaré a una ambulancia:
¡desvaría Ud…. y se enrolla de puta pena!
-Mejor acérqueme, raudo, hasta mi casa,
(5)
que hoy le toca a este menda hacer la cena
y la parienta se ha pedido chuletas a la brasa…
y tengo una congoja que nada me la remedia!
-¿Se le olvidó a Ud. comprar las chuletas?
-¡Quia: soy vegano! ¿Le parece poca desgracia?
¡Leñe!… Es lo que tiene el matrimonio… y la pareja.