De varapalo en varapalo… ¡Hasta la patada final! Por Antonio de la Torre

Hasta la patada final

«Esperemos que, pese a las posibles sumas con lo peor de cada familia, se imponga el sentido común y queden seis semanas, para darle la patada final»

Sería pretencioso recoger en un solo artículo los sinsabores que debe llevar, mal tragados por supuesto dado el EGO del personaje, nuestro Presimiente –esta vez con mayúscula, sin que sirva de precedente– Pinóchez. Y lo pongo con mayúscula porque, esta vez, se superó en la mentira tras el interesado y traicionero adelanto electoral. Por sólo citar algunas, recordemos aquella de “Se lo repito, con BILDU NO vamos a pactar. Si quiere se lo repito cinco veces, o veinte…”, cuando todavía no soñaba –bueno, soñar tal vez sí, pero él solo– llegar a la Presidencia del Gobierno. O aquella otra, ya “investido” presimiente, de su campaña electoral de 2019, en una entrevista con su fiel vocero Antonio García Ferreras: “Pues tenía que haber aceptado, por ejemplo, que el ministro de Hacienda, el ministro de la política energética o el ministro que se encarga de las pensiones en nuestro país, de la Seguridad Social, fuera, pues, una persona del círculo cercano y de confianza del Sr. Iglesias, con poca experiencia política o de gestión pública –¿cómo la que tenían el 80% de sus ministros?–. Y continuaba: Bien, yo sería presidente del gobierno y tengo que reconocerle que sería un presidente del gobierno –que no falte nunca la “reBundancia” ególatra (con “b” de burro)– que no dormiría por la noche…”. O, su petulancia en la tribuna del Congreso, creo que en su discurso de la moción de censura: “Lo he dicho en privado y también lo he dicho en público y lo digo aquí, para que conste en acta, yo no voy a permitir, con todos los respetos hacia los votantes de Esquerra Republicana, que la gobernabilidad de España descanse en partidos independentistas, no lo voy a permitir, Sr. Rajoy”.

Ya vimos después que, no sólo pactó con BILDU, sino que se apoyó en ellos para sacar adelante sus Presupuestos PGETA e incluso le obedeció en la ley de memoria democrática. O, como parece, consiguió dormir tranquilo –no sé si a base de somníferos para amortizar el colchón que compró nada más llegar a la Moncloa– tras ponerse en manos de PabLenin Iglesias, hasta nombrarlo vicepresimiente y dejar cinco ministerios, intocables como se ha demostrado después, en sus manos –a costa de ampliar a veintidós el número de carteras, para no dejar a nadie sin la suya, aunque estuviera vacía de contenido, que no de gasto–. O cómo, su “respeto a los votantes de ERC”, lo convirtió en un sumiso cómplice de sus abusos, hasta llegar a eliminar del Código Penal el delito de sedición o tratar de edulcorar el de malversación, para sacar a los golpistas catalanes de la cárcel o tratar de “justificar” el robo de dinero público “si no era para lucro personal”, si se trataba del PSOE, claro, porque si era para pagar la obra de Génova 13, aunque no fuera con dinero público sino con presuntas mordidas de empresarios –mal hecho por parte del PP, por supuesto, si fue así–, había que condenarlo y llevar a los presuntos culpables a la hoguera, mientras el actual PSOE seguía alimentando “la de las vanidades”, suya. Por cierto, uno de los sonados varapalos recibidos por el “transparente showman Pedro Antonio”, esta vez desde el Tribunal Supremo.

Pero su sarta de mentiras llega al límite con la penúltima –es un decir, puesto que habrá más de una antes, durante y después de la campaña electoral que se nos avecina–, tras lo que antes citaba como “interesado y traicionero adelanto electoral”. Algunos recordarán su “promesa” desde el escaño del hemicirco parlamentario, hace no mucho, en respuesta a la oposición: “Yo les anuncio que el gobierno de España no va a adelantar las elecciones generales ni va a disolver de manera anticipada las cortes generales. No lo vamos a hacer”, interrumpida por el enfervorecido aplauso de sus fieles, incluidos los diputados de Castilla La Mancha, Extremadura y Aragón, las regiones de los barones “díscolos”, pero poco –vayamos a…–. Y siguió en el adorno: “No lo vamos a hacer, porque, por mucho que ustedes se han empeñado en lo contrario, este es un gobierno con sentido de Estado y este es un gobierno —de nuevo la “reBundancia”— que va a anteponer los intereses generales a cualquier otro tipo de interés”. Excepto al suyo propio, faltaría más, que es el único que le interesó siempre, llegar al poder, como fuera, y mantenerse, a costa de lo que hubiera que ceder ante quien le diera su apoyo, enemigos de España incluidos. Pero he aquí que el 28 de mayo pasado recibió el varapalo definitivo –que no el último— en la única encuesta que vale, la de las urnas. Y pese a que, su fiel José Félix Tezanos, otro presimiente, en este caso del Centro de Invenciones Sánchez –antes Investigaciones Sociológicas–, pretendía engañar a muchos españoles con sus caras encuestas a costa del dinero público, aunque a su jefe le pasara los datos más próximos a los que adelantaban la mayoría de las empresas sociométricas, puede que el resultado haya sido peor de lo esperado. Por eso, en otra noche de cuchillos largos –en este caso dientes apretados y odio a todo lo que se mueve en contra– y con nocturnidad y alevosía, el PSOE es especialista en esto, terminó de pulir lo que, sin duda, desde mi punto de vista, ya tenía previsto para ese caso, sólo pendiente de concretar la fecha que mejor le viniera a sus intereses, otra vez los suyos, que no los de los españoles. Y eligió la que pensó, en principio, que más le pudiera favorecer, en plena segunda quincena de Julio, el domingo 23, una de las dos con más españoles de vacaciones y en medio de un puente en algunas regiones, por la festividad de Santiago Apóstol, Patrón de España, que seguro que ayudará de nuevo a hacer justicia. Claro que, para este presuntuoso y ególatra Narciso, es la derecha la que más se va de vacaciones y piensa que su izquierda sumisa y engañada lo va a seguir votando, resignada a quedarse en sus casas en verano, con tal de que la “malvada derechona” no llegue al poder. Los psicópatas maquiavélicos, son así. Lo que puede que no haya valorado este personaje es que el resultado de hace dos semanas ha dejado a muchos de los suyos sin sueldo y, cuando duele el bolsillo, les puede llevar a la abstención o a otro partido.

Y todavía ha recibido un varapalo más con la reciente decisión de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, que avala las rebajas de penas a los agresores sexuales –ya son 1.127 las reducciones de condena y 115 las excarcelacione.127 reducciones y 115 excarcelaciones– por la Ley del «solo sí es sí«, dando la razón a las Audiencias Provinciales y rechaza los recursos presentados por la Fiscalía, que defendía a su jefe “¿De quién depende la Fiscalía, de quién depende?”. Y, para completar la serie, otra Sala del Supremo, esta vez la de lo Civil, ha condenado a Irene Montero a abonar 18.000 euros, por llamar maltratador a Rafael Marcos, exmarido de la expresidente de Infancia Libre, María Sevilla, condenada por secuestrar a su hijo, y a dar difusión a la sentencia. Por cierto que, la todavía ministra de Igual-da en funciones, no se sabe muy bien cuales, ha resultado ser la víctima de las rencillas entre el nuevo partido SUMAR, de la vicesegunda Yolanda Díaz, también en funciones (ídem), que hacía cosas chulísimas, decía, y que ha puesto como condición para aceptar los restos de Podemos en su formación la cabeza de la “marquesina” de Galapagar, pese al “ultimátum” de Ione Belarra de que “Sólo habrá acuerdo si se asegura un trato justo a Irene Montero” —ya veremos qué regalito de supervivencia recibe, “en justicia”, por el sacrificio—. Puede que tras el 23-J, los supervivientes de esa fusión cantada de última hora, después de los codazos por colocarse y las fatigas de la campaña, acaben adoptando el nombre que un desconocido con ingenio ha propuesto para esa unión, SUDEMOS. Lo que no se hizo esperar fue la reacción del copropietario del chalet galapagueño que hipotecó la Caja de Ingenieros con presencia del tesorero morado en la firma de la compraventa, que da que pensar: «Es posible que Yolanda Díaz no sea consciente aún del error político que comete«, tras recordarle a la ahora verdugo quién la puso donde está y dejarle un consejo con pinta de velada amenaza: “Está a tiempo de rectificar”.

En definitiva, como se preveía, la precampaña de la Campaña se presenta divertida, con las consabidas luchas por conformar las listas y las peleas para asegurarse el “condumio” los próximos cuatro años que algunos —cada vez más—, fuera de la política, no tienen asegurado y mucho menos en esa cuantía. Concretamente, en esa lucha, algunos barones del PSOE han expresado su descontento por la imposición sanchista de candidatos y han dejado plantado a su secretario general en la reunión de la ejecutiva –otro eufemismo, parafraseando a Rubén Darío, porque, la ejecutiva, es él— que convocó al efecto el sábado. Otro varapalo más.

Y para que no falte de nada, se produjo, no sin incertidumbre en su registro, la aparición en escena del nuevo partido de Macarena Olona, Caminando Juntos, que ha empezado levantando polémica con el logotipo del zapato rojo y azul. Al final, la formación lo ha tenido que cambiar por otro menos original, con una C roja y una J azul, circunscritas por un círculo azul, no sé si por darle más peso a la derecha que a la izquierda, aunque el puntazo de verdad hubiera sido poner el círculo verde.

Esperemos que, pese a las posibles sumas con lo peor de cada familia, que no dudará el sátrapa Falconeti en utilizar si le dan los números, se imponga el sentido común y queden seis semanas, sin más debates que los imprescindibles, para darle la patada final al doctor Plagio cum Fraude. Esa que empezó a con Isabel Díaz Ayuso en 2020, durante la Plandemia, lo levantó un poco más en las alecciones adelantadas en Madrid, el 4-M de 2021, y ahora sea la catapulta al olvido, si la división de las derechas no vuelve a impedirlo como en 2019.

 

 

Antonio de la Torre

Aficionado a la política, decepcionado con mi corta experiencia en ese mundo, y preocupado con la situación de "España, S. A.". Modesto tertuliano y articulista de opinión. Comparto inquietudes y propuestas, tratando de ayudar a crear opinión para mejorar el pervertido sistema político que nos ningunea.

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