Dedicado a los pardillos y vocacionales penitentes ibéricos, los superfluos… los míos.
Prólogo
En esta nuestra época, el primer cuarto del siglo XXI, podríamos calificarla como la Era de la Mediocridad. Nos han camelado con la muletilla de que somos la generación mejor preparada de la historia. Sin embargo, la adulación sin fundamento es contraproducente y peligrosa si nos conduce a escoger para gobernarnos (o desgobernarnos, según se mire) a una clase política con menos papeles académicos que un conejo de monte y con menos luces que una lancha de contrabando. Sumidos como estamos en una penumbra perpetua inducida por unos medios de comunicación que nos ofrecen día sí y día también pan y circo. De modo que, me he visto obligado a entrevistar a una mente lúcida ya que es precisamente luz lo que necesita más que nada y que nunca el pardillo integral ibérico. Y como en esencia hablamos de poder, nadie mejor que Maquiavelo. Desde el más allá para los del más acá… ¡va por ustedes!

Me encuentro a Nicolás Maquiavelo en los lugares celestiales, solitario, tocando la lira.
ALONSO
¿Qué tal, Nicolás?
MAQUIAVELO
En agradable compañía, con mis pensamientos. En cierto modo afortunado, lejos de esta morralla política, voraz depredadora de recursos que rige y esquilma la vida del cándido apoquinante neto.
ALONSO
¿Qué es el poder?
MAQUIAVELO
Lograr por cualquier medio que un tercero renuncie a su voluntad e intereses sometiéndole a tu voluntad e intereses y a la misma vez haciéndole creer que le haces un favor y que te debe algo.
ALONSO
¿El poder lo ostenta el político de turno al que elegimos en unas elecciones?
MAQUIAVELO
Decía Stalin que lo importante no es quién vota o a quién se vota sino quién cuenta los votos. Quien sale “elegido” es una especie de alguacilillo, un recadero, un don nadie enamorado de su propia imagen y que sabe que su permanencia en el cargo depende de la obediencia y utilidad que pueda tener para la élite.
ALONSO
¿Quién es esta élite o élites?
MAQUIAVELO
Fue tu compadre, don Francisco de Quevedo, quien definió con precisión quién es la élite en todo tiempo y lugar:
Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
de continuo anda amarillo.
Que pues doblón o sencillo
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Cuando alguien tiene tanto dinero como para poder comprar la mayor parte de las acciones de las empresas más importantes de un país, es el dueño de ese país… le pertenece, lo ha comprado, es el gobernante de facto. Presidente, ministros, parlamentos… todo es un paripé. En realidad y en la mayoría de los casos, unos soldados de fortuna al servicio de esta élite, que como depredadores que son, saben reconocer a su presa mientras se arriman al sol que más calienta en busca de un enriquecimiento rápido y sin escollos. ¡No todo el mundo tiene el valor de correr el riesgo de entrar a atracar a un banco a punta de pistola!
ALONSO
¿Y los medios de comunicación qué papel desempeñan?
MAQUIAVELO
Desempeñan el papel del bufón en una comedia. Básicamente entretienen al populacho en el mejor de los casos y en el peor le confunden. La mentira, el engaño, la patraña, las medias verdades, la trola pura y dura son su divisa. Mercenarios de la palabra que trabajan al servicio de estos grandes conglomerados de comunicación de masas. Estos megagrupos mediáticos y de comunicación que dominan el mercado mundial y están concentrados en muy pocas manos. El menú de lo que comemos cada día en nuestra mesa, no lo elegimos nosotros sino los dueños de estas megaestructuras mediáticas. Modifican nuestros valores, nuestras creencias y sentimientos. Borran nuestros cerebros hasta dejarlos blancos como el nácar para inscribir en ellos el nuevo código genético. Se cumple el dicho: “Somos lo que comemos”.
ALONSO
¿Y la cacareada independencia periodística?
MAQUIAVELO
No hay independencia de ninguna clase sin solvencia económica. Si tienes una hipoteca o deudas… no eres dueño de ti mismo, obedeces a quien te paga. La mayoría de los periodistas, en caso de tener empleo, ¡ya les gustaría ganar un sueldo como un empleado de Mercadona! Y los pocos que salen en la TV y ganan mucho, el tren de vida los atrapa y les crea unas necesidades difíciles de satisfacer fuera de ese medio… ¡están paralizados de miedo y al servicio de la voluntad de los dueños de estos medios! Tiempos oscuros y orwellianos donde la verdad la emite cada día y puntualmente el Ministerio de la Verdad. El periodista independiente es una rara avis al que no permiten que acceda a estos grandes medios.
ALONSO
¿Cuál es el mayor de los temores de las élites?
MAQUIAVELO
La educación es poder. Es el mayor peligro y lo que más temen las élites. Nos permite conocer el mundo y entender lo que pasa a nuestro alrededor desde diferentes perspectivas, sin las anteojeras que nos ponen los medios. Nos convierte en seres autónomos capaces de acceder a los datos, analizarlos y sacar nuestras propias conclusiones sin tener que comer los platos precocinados que nos ofrecen políticos, medios de comunicación y oportunistas mercenarios varios disfrazados de “sabelotodo” contertulio. La educación nos hace seres con ideas propias, con opinión y no meramente receptáculos asépticos de interesadas opiniones ajenas. Es una herramienta que nos permite remitirnos al pasado y aprender de la historia para no cometer los mismos errores y al mismo tiempo reconocer en la distancia al embaucador profesional que nos quiere hacer sus súbditos. En esencia, la educación hace que el pardillo integral dé un salto cualitativo y exponencial y pase al nivel de espabilado ibérico, difícil de llevar al huerto, de torear, de rejonear por el político de turno y de los diferentes mercaderes de la palabra. En definitiva, lo que se mete en tu mente, lo puedes escoger tú… o dejar que lo seleccione otro con intenciones desconocidas. O sea, el cacareado cuarto poder también está en manos de la élite.
ALONSO
¿La universalización de la Educación Primaria ha acabado con el analfabetismo?
MAQUIAVELO
Una cosa es la tasa de escolarización obligatoria entendida como la presencia física del alumnado en las aulas y otra bien distinta el grado de comprensión lectora alcanzado al finalizar los diferentes estadios académicos. Por eso, la alta tasa de analfabetismo funcional no es producto de un accidente fortuito o un capricho de la naturaleza. De modo que, el analfabetismo funcional es una especie de ceguera inducida que te impide entender un contrato, cumplimentar un impreso, interpretar un gráfico, comprender una factura o resolver un problema de cálculo básico. O sea, es muy conveniente para conservar el poder que el ciudadano sepa leer pero no comprender e interpretar las palabras. Esa falta de capacidad de penetrar para conocer la realidad genera el desinterés congénito de la ciudadanía por los temas políticos o científicos y su preferencia por el entretenimiento superficial y vano. El ciudadano, a través de procesos educativos expresamente deficientes, ingresa vocacionalmente en las filas del género lanar, formando parte de un rebaño fácil de manipular y pastorear.
La magnanimidad del cacique de turno democratizando, universalizando y socializando el aprobado académico a quien ha suspendido es una señal inequívoca de las intenciones de la estirpe política. O sea, un aprobado general para todo quisque vía real decreto ley. El título académico urbi et orbi es una gracia del poder, que no tiene nada que ver con el mérito y el esfuerzo y con el que éste compra tu voluntad desde jovencito. Una educación mediocre para el pueblo y otra de índole superior para quienes nos pastorearán. Obedece a un plan, a un designio: hay quien quiere que tus hijos les sirvan las hamburguesas a los suyos.
ALONSO
¿Qué hay de los centros del saber, las universidades?
MAQUIAVELO
El pasado mes de octubre, un catedrático en química de la Universidad de Nueva York, toda una eminencia en su campo, fue despedido porque 80 de sus 350 alumnos se quejaron de las bajas notas en sus exámenes. O sea, se baja el listón del estándar educativo para que ningún estudiante se quede traumatizado sin su aprobado. De nuevo, nos encontramos que la dictadura de la mediocridad hace estragos en estos centros universitarios. Además, supone un aviso a navegantes… el profesorado ha de tomar nota. El dominio del lenguaje y las matemáticas son las herramientas básicas que necesita el individuo para tener éxito en su vida académica y profesional… al margen de aprobados al por mayor concedidos por graciosa majestad política. Precisamente, la carencia de competencia en estas materias en un gran porcentaje del alumnado evidencia el fracaso del modelo educativo y la incompetencia o maldad de la lacra política. ¿Mi lectura? Al poder no le interesa que la exigencia y excelencia educativa se universalicen y las universidades se conviertan en la cantera de la resistencia a su poder. Los analfabetos funcionales de hoy serán los siervos y esclavos del mañana.
ALONSO
George Orwell, 1984. ¿Se cumple la profecía en el plano de la libertad de expresión?
MAQUIAVELO
El poder necesita para sobrevivir un pueblo obediente y manejable, un rebaño, y utiliza todos los medios que tiene a su alcance para lograr el objetivo: la persuasión, la compra de voluntades, la amenaza y la fuerza. Decía san Ignacio de Loyola que existen tres grados de obediencia.
“La obediencia se hace en cuanto a ejecución, cuando la cosa mandada se cumple; cuanto a voluntad, cuando el que obedece quiere lo mismo que el que manda; cuanto al entendimiento, cuando siente lo mismo que él, pareciéndole bien lo que se manda”.
Los gerifaltes no se conforman con una obediencia pura y dura, de tipo básico. El objetivo es que el populacho interiorice los valores sociales del momento –que están en perpetua metamorfosis a capricho de la élite— sin cuestionamientos previos. Quién expresa públicamente sus dudas, como santo Tomás, se le condena a la inexistencia, a la nada, la muerte social. Sólo cuando falla el método de por las buenas se recurre a por las malas, la prevención general negativa, a la intimidación… la amenaza penal. Tomás de Torquemada era un ingenuo, un cándido, al lado de los nuevos inquisidores disfrazados de luchadores por la libertad.
Hoy rige nuestras vidas el distópico Ministerio de la Verdad orwelliano… a escala global. Como en una teocracia, no se puede cuestionar la verdad revelada por las fuentes oficiales y oficiosas. Estamos hablando de una neoteología, y como tal, indiscutible. Quien no se somete y discrepa de la férrea disciplina ideológica del grupo se le estigmatiza de hereje, de apestado, leproso. Las élites tiran de ironía llamando Ministerio de la Verdad a una maquinaria implacable de generar mentiras y falsedades, que como los Jemeres Rojos camboyanos está inmersa en una búsqueda frenética de su año cero, reescribiendo la historia en un proceso constante y febril. Donde dos más dos no son cuatro si no es por orden gubernativa, según las conveniencias. Como muy bien definiría esta tiranía Winston Smith –el protagonista de la novela—con estos lemas del Ministerio: “La guerra es paz”, “La ignorancia es la fuerza” y “La libertad es esclavitud”. Recordando el lema en la entrada a los campos de exterminio nazis: “El trabajo os hará libres”.
ALONSO
¿Es el idioma un instrumento de o del poder?
MAQUIAVELO
Definitivamente. Quien domina el lenguaje controla la mente, eso lo saben las élites. Lo que Orwell llamaba neolengua, el idioma totalitario. La transformación de la mente posibilitando el paso de ciudadano a borrego se logra a través del lenguaje. Se suprimen ciertas palabras incómodas para el pensamiento único, lo políticamente correcto, y a la misma vez se incorporan neologismos, nuevas palabras que deben definir la realidad oficial. El proceso empieza simplificando al máximo el idioma, reduciendo al mínimo indispensable el número de palabras. La idea es: si suprimimos las palabras, suprimimos las ideas heréticas. Desde la escuela, bajando el nivel y la exigencia en el conocimiento y dominio del idioma. En esta tarea de adoctrinamiento en la neolengua y la simplificación del idioma, los medios de comunicación y entretenimiento juegan también un papel fundamental. El objetivo es que el ciudadano sea incapaz de pensar y expresar conceptos que la élite no quiera. Eliminar las palabras, sus significados y matices que posibiliten el pensamiento de ideas subversivas contra la verdad oficial. A la misma vez, inventar unos neologismos oficiales que como un mantra la persona repetirá sin poder entender muy bien su significado pero que al utilizarlos le hará sentirse bien consigo mismo y para ser aceptado e identificado socialmente como un buen ciudadano, un ser puro ideológicamente.
Cuando hablamos de ideología y propaganda hemos de remitirnos al ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich, Joseph Goebbels. Que fuese doctor en filología germánica fue fundamental para reconocer la importancia trascendental del control del pensamiento a través del lenguaje. La utilización del lenguaje políticamente correcto sirve como instrumento para la clasificación de la gente en dos grupos: el buen ciudadano y el enemigo, que pasa a ser estigmatizado como un producto subhumano al que se debe privar del derecho a opinar libre y públicamente y que debe ser erradicado de la sociedad por constituir una amenaza pública.
Dentro de la propaganda es indispensable la perversión del lenguaje, cambiando el significado de las palabras o empleando eufemismos para ocultar la desagradable realidad. A modo de ejemplo: la guerra es paz, la deportación es traslado, la liquidación física es solución final, gasear a la gente es tratamiento especial, recorte es ajuste presupuestario, repago es copago, bajar los sueldos es moderación salarial. La idea es que al buen ciudadano se le pueda reconocer públicamente por utilizar el lenguaje políticamente y correcto, y al enemigo también por lo contrario. El debate racional libre y público debe desaparecer por conseguir el control total sobre la mente del rebaño.
ALONSO:
¿Cómo logra la élite la colaboración voluntaria de las clases ilustradas?
MAQUIAVELO
En la leyenda El Monte de las Ánimas, de Gustavo Adolfo Bécquer, la bella Beatriz responde a su pretendiente sobre una dádiva que éste le ofrece: “No sé en el tuyo -contestó la hermosa-, pero en mi país, una prenda recibida compromete la voluntad”. La voluntad de académicos, periodistas y artistas se compra por medio de reconocimiento público, sueldos altos y subvenciones públicas. Quienes no se someten y venden por dinero, siempre queda el miedo como instrumento de presión: la muerte social. Por ejemplo, esto se logró tanto en la Rusia Soviética como en la Alemania nazi, el método es infalible. Los partidarios de estas ideologías totalitarias colonizaron los centros del saber, el mundo académico, atacando y expulsando a todos aquellos que disentían de lo políticamente correcto. Casi todo el mundo tiene una hipoteca que pagar y una familia que mantener, ¡créeme, por dinero y por tus seres queridos tragas con carros y carretas! ¡Cosas veredes amigo Sancho!
ALONSO
¿Y la ética y la estética?
MAQUIAVELO
Quien aspira al poder es un depredador. ¿Observas ética o estética en la lucha que se da en la naturaleza por conseguir los recursos y en última instancia… por la supervivencia? En la obsesión de estas élites por alcanzar y mantener el poder no hay lugar para consideraciones éticas ni morales. La máxima sigue siendo: el fin justifica los medios y la crueldad la herramienta necesaria. Es un error popular buscar empatía en la élite que ostenta el poder. No esperes ingenuamente piedad o compasión en el gato que atrapa a un ratón. La ambición y la falta de escrúpulos son la divisa.
ALONSO
¿Qué papel juega el miedo?
MAQUIAVELO
El miedo es un factor determinante para conquistar y conservar el poder. Cuando no puedes controlar el poder con las prebendas debes insuflar miedo. El miedo, a quien lo siente, le paraliza y le somete. En la mayoría de los casos no es necesario recurrir a una amenaza contra la integridad física, tipo mafioso. Basta con sentir temor a que el grupo nos rechace, por este motivo, la mayoría buscará mimetizarse con el paisaje en busca del agradable calorcito lanar que proporciona estar unido al rebaño. Normalmente, esta coerción psíquica y social es suficientemente poderosa y evita que se caiga en la tentación de la herejía cuestionando las verdades oficiales. En definitiva, es mejor ser temido que amado.
ALONSO
¿Adónde queda el bien común?
MAQUIAVELO
El bien común pertenece al mundo de la ética y la moral. Como he mencionado, la ostentación del poder requiere de la ausencia de consideraciones morales. La ética y el poder son incompatibles. La eficiencia en el ejercicio del poder desplaza a la virtud. Con demasiada frecuencia, interesadamente, la clase dominante confunde el bien común con sus propios intereses disfrazándolos de utilidad pública.
ALONSO
¿El divide y vencerás… funciona?
MAQUIAVELO
Es esencial y una constante histórica. Para controlar a un pueblo, a una sociedad, es imprescindible polarizarla, dividirla. Generar grupos enfrascados en estériles disputas verbales como el sexo de los ángeles mientras se ignoran deliberadamente los problemas y asuntos fundamentales para la ciudadanía. Enfrentados en una enconada e interminable confrontación verbal. Mientras está la sociedad polarizada en grupos, enfrascada y entretenida en estas rencillas fratricidas, no se piensa en cómo está siendo utilizada y explotada por la nueva aristocracia y las posibilidades que tiene de liberarse de este control totalitario.
ALONSO
¿El antídoto?
MAQUIAVELO
Difícil, muy difícil desandar el camino abandonando voluntariamente el género lanar y recuperar el estatus de ciudadano con criterio propio. Hay que pensar por uno mismo. Tener ideas propias. Lo primero de todo sería dejar de pastar apagando el móvil, la televisión y volver a leer. Es paradójico que en la época de la historia que más libros se publican sea precisamente cuando menos se lee y reflexiona. Hay que volver a los clásicos de la literatura universal y reflexionar en la lectura. La mayoría de lo que se publica actualmente no vale ni para echar en la chimenea para calentarse.
Segundo, enriquecernos estando abiertos a debatir ideas y escuchar atentamente a quien no piensa como nosotros… al enemigo, al hereje. Tercero, valor, mucho valor para tomar las riendas de nuestra vida y ejercer de ser racional sin temor a la estigmatización por parte del grupo, recuperando nuestra auténtica personalidad. Por último, olvidarnos de los platos precocinados preparados por la casta dominante y preparar nosotros nuestro propio menú. Alimentándonos de diferentes fuentes, hacer acopio de datos, el análisis correspondiente y sacar nuestras propias conclusiones. Creo que es pertinente concluir con unas palabras de Jesucristo:
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Lucas 7:13 y 14).