
«Que farsantes y que asquerosos, los que sólo sirven para loar y justificar las maldades del que les paga»
Que el régimen sanchista está en descomposición, es un hecho, que no por eso va a caer bajo el peso de su indignidad moral, es otro. Que nos va a gobernar un gobierno de vendidos, también es cierto, que será una labor titánica echarlos, también. El acuerdo entre las ratas golpistas y sus iguales monclovitas ha llegado a su fin. La traición se ha consumado.
Ante lo graves hechos que vienen sucediendo, somos millones los que nos preguntamos hasta donde piensa llegar este gobierno antes de que la marea de indignación de millones de españoles, les eche a patadas. El montaje que están haciendo de este drama los esbirros de la manada de opinión sincronizada, es repugnante. Desde mandar unidades móviles con siervos ávidos de hallar banderas preconstitucionales, montar shows con idiotas que se prestan a gritar eslóganes ad hoc, hasta quedar con encapuchados para grabarlos mientras gritan eslóganes nazis mientras estos tipos airean su parafernalia. ¿Les han pagado por ello? A mí me cuesta creer que no.
Vemos a diario las tertulias televisivas convertidas en tribunales de excepción. En ellas desfilan expertos en “ejecuciones sumarísimas”, mientras que los que no se atreven a disparar dictan sentencias excepcionales. Que farsantes y que asquerosos, los que sólo sirven para loar y justificar las maldades del que les paga. En cualquier medio decente, no servirían ni como escupideras, esos recipientes largos y estrechos donde se amontonan esputos y gargajos.
Que tertulias son estas, donde se da la palabra a viejos escombros del viejo comunismo, furibundos expertos en todo lo que huela a corrompido. La mayoría habla de oídas, el resto hace como que entiende de aquello que no sabe, lo peor y más rancio del estercolero progre. Que espectáculo tan vomitivo, ver como la basura de las ondas hace proselitismo del crimen nazionalista vasco, anteponiendo su pesebre al sentimiento decente y humano. Que desparpajo el del que más dinero gana en TV hoy día, sirviendo como un miserable y tétrico alguacilillo, al que le engorda la buchaca. Dirige la mejor orquesta de opinión sincronizada, por sus zarpas pasa lo peor de la escombrera, lo más florido de las cloacas, lo más indecente de la chusma, lo más corrosivo de la democracia.
Siempre creí que la basura no era tan fotogénica, hasta que la izquierda extrema me hizo pensar lo contrario, poniendo a su repelente servicio a tontas, idiotas y relamidas machacas.

A esta manada de hienas ni siquiera les basta que los representantes de los sindicatos policiales les desmientan en vivo y en directo sus patrañas, ellos siguen erre que erre, diciendo las mismas falsedades. ¡Qué asco dais basura! Nacisteis para ser esclavos, sin saber a quién ibais a servir, sois por tanto lo peor de lo peor, sois mentirosos, cínicos, y por tanto seres irracionales.
En el mundo tecnológico, nada se puede ocultar, desde imágenes increíbles, a audios espeluznantes. No hace falta que nos aleccionen, ni que nos mientan a la cara. Existen más imágenes de lo que quieren ocultar, que de lo que ellos han sido capaces de grabar. Que no digan que no existe, lo que a todos nos ha llegado, que no traten de convencernos, de lo que todos hemos escuchado, que no traten de poseer lo que nunca tendrán, credibilidad.
Hartos de que afeen al PP pactar con VOX, mientras ellos pactan con todo el lumpen carcelario. Los que tenemos memoria, recordamos el 11-M, masacre sin resolver, masacre que iba a investigar Rubalcaba. Del “queremos saber” socialista, a la oscuridad y el olvido más siniestro y macabro. Masacre que se tapó, masacre no olvidada. Las ratas de tertulia que tanto miran banderas y pancartas, que vayan a las provincias vascongadas, y que nos hablen a su vuelta, de lo que hacen los etarras. Seguro que, entre tanto hijo de puta etarra suelto, encuentran a cinco mil fachas.

La izquierda extrema es indecente, es indigna y miserable, no es de extrañar pues, que se sienta tan identificada con este canalla. La democracia les viene grande, vean cómo se les cae la bilis cuando hablan de España. Vean sus rostros, vean sus gestos, son cínicos por naturaleza, sectarios hasta la náusea, amorales sin fronteras, odiadores sin pausa. Su odio es irrefrenable, su vileza da arcadas, matarían por seguir mandando, mírenlos a la cara, que, si alguno le sonríe, es porque le va a apuñalar por la espalda.
Comprar el poder con dinero público, pagar chantaje a nuestras espaldas, suplicar a un idiota triste, traicionar a la Patria, engañar a todo el mundo, mentir sin pausa, que gran mamarracho, que perfecto sátrapa, que gran estafermo, que tirano más canalla. Le llamaría hijo de puta, pero no hace falta, se lo han dicho tantas veces, que hasta creo que ya le resbala.
Que Dios nos ayude, que nos va a hacer falta, que si para defender lo nuestro hace falta gente bregada, que tiren de nosotros los abuelos, que cojones no nos faltan.
¡Viva España siempre!