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Homenaje a nuestros mayores rockeros. Aquella noche en blanco y negro

«En aquella noche en blanco y negro, al menos ya sabía, en un mar de dudas, que aquel joven irlandés, Rory Gallagher, era uno de los más grandes de la historia del Rock»

Yo Estuve allí.

En el concierto de Rory Gallagher el siete de Marzo de 1975 en el Teatro Monumental de Madrid. No recuedo con quién fui, pero al ver, hoy, los videos en blanco y negro comienzo a refrescar algunos sentimientos agazapados y  me siento alegre, emocionado, de lo bien que lo pasé. Aquella noche fue la primera vez que dormía con los oídos zumbándome por la descarga eléctrica de sonido que acababa de disfrutar. Aquella noche fue también pionera en mis reflexiones sobre el “conflicto generacional”. No lo supe entonces, pero una de las canciones que Rory interpretó fue”Young fashioned Ways” . Dice así:

Tal vez envejezco

pero tengo maneras de moda juvenil…

Un caballo joven  es rápido

Sin embargo, un caballo viejo sabe lo que está pasando…

No habrá nadie para ocupar mi lugar…

 

Rory Gallagher en Madrid. Marzo 1975- Aquella noche en blanco y negro

En aquellas años, al menos ya sabía, en un mar de dudas, que aquel joven irlandés, Rory Gallagher, era uno de los más grandes de la historia del Rock. Era también un músico algo incomprendido porque no era aclamado por todos, y  quizás por eso, hoy muchos le han olvidado desde que murió en los noventa. Pero en Madrid, en 1975, la sala del Monumental estuvo repleta en un concierto que a mi me dejó cicatriz más allá del hecho musical.  Recuerdo que sobre todo, en las butacas o en pie, y bailando, lo que había eran muchos mayores. Y por eso, aquella noche me dormí pensando en aquellos “viejos” bailando rock,n,roll, retorcidos de caderas ante los solos que, como nadie, Rory sacaba a su Fender. Eran viejos, “caballos que sabían lo que pasaba”, y que además bailaban mucho mejor que yo.

Porque no podemos rendirnos por lo que por derecho nos pertenece: La Fe, Santo Tomás y León Tolstói

La Fe era para Tomás un riesgo que le costaba asumir… Para él como para muchos sólo era, es creíble lo que se constata de una u otra manera. Queremos certezas, «tener garantías» en medio de tantas dificultades que se nos presentan día a día. Tener fe es descubrir que más allá de todo dolor, de toda angustia, de toda crisis, permanece la firme certeza de que al final todo llega… es uno de los mayores milagros que existen y yo creo en los milagros. Creo en la superación, en la esperanza de un mundo mejor, en la bondad del ser humano que a veces se encuentra en un lugar demasiado escondida en el alma.