
«El capitán Fitz-Roy quemó las naves de su patrimonio personal en pro de su misión. No podía esperar las aprobaciones del Almirantazgo»
Consternada observo que, si un joven busca en internet datos sobre el Capitán, encontrará un factor común en diversas biografías: “ hombre de carácter depresivo “.
Ante semejante simplismo izaré todas las velas para intentar dar al capitán Fitz-Roy lo que Fitz-Roy se merece. Que aunque siempre encontrados los intereses de su nación con los de mis naciones debo decir que un Capitán de Marina ante todo es Capitán de Marina. Esto implica una dedicación y equilibrio muy particulares. Si unimos esta esencia con su espíritu científico encontramos también entonces al padre de la meteorología.
Navegó desde la segunda década del S XIX con barómetro, en su navío Beagle, y desarrollo hasta su muerte con rigor científico y cada vez más instrumentos la previsión del tiempo. Salvaguarda de vidas en la mar.
Pionero.

Por la mitad del S XIX, para la navegación en el Atlántico Sur por ejemplo, solo existía una guía para el navegante editada por la oficina que dirigía un Sr. En EEUU apellidado Maury, a quien le pasaba datos estadísticos el gran Capitán Smyley, también norteamericano.
Hoy se puede comprender claramente la importancia en la diferencia de, “consejos” que puede brindar un cálculo estadístico en comparación con la predicción del tiempo estudiada en el análisis científico de las variaciones de los fenómenos atmosféricos.
(Necesito acotar que el Capitán Smyley era maravilloso. Y tutor de nuestro querido Capitán Piedrabuena. Que lo tenía de primer piloto y a quien Inglaterra ofreció 10.000 libras a cambio de que no volviera a izar su bandera en la Isla de los Estados. Cosa a la que por supuesto, y esto lo sabrán los que sigan mis humildes relatos, Piedrabuena dijo no).
Vuelvo al Capitán Fitz-Roy.
Después de cumplir con creces su tarea encomendada por la Royal Navy de relevamiento cartográfico y estudios científicos en vuelta al mundo, este segundo viaje ya con Charles Darwin, se le traicionó.
Había quemado las naves de su patrimonio personal en pro de su misión. No podía, si pretendía ser efectivo y serio esperar las aprobaciones del Almirantazgo.
Regresa vivo al igual que la tripulación con el Beagle a su puerto en Inglaterra.
Sobreviene la desgracia. Esa en la que lo sumen sacándoselo de en medio.
Lo mandan de Gobernador a Nueva Zelanda.
Los políticos, que son así….
De la traición.

El Reino Unido era el primer motor de la revolución industrial. Y gran Imperio.
La burguesía manejaba todos los hilos de los existentes o posibles intereses de todos.
El apellido del Capitan: “Fitz-Roy” era apellido asignado a hijos de la corona fuera del matrimonio. Se los asistía y educaba con esmero. El salió un fenómeno.
Pero su ser desde luego esencia de “noblesse oblige”, se hundía en el inexorable mandato del dinero que la burguesía significaba allí donde llegara el imperio.
Y cuando digo hundió lo hago porque no pudo dejar sus principios. No se vendió a nada ni nadie.
El siguió navegando con tantas tripulaciones que no conoció personalmente desde su oficina meteorológica. Cargo que le asignaron a posteriori de torturarlo con puestos parlamentarios de los que salió malamente.
Jamás desafió los cauces en los que su nación navegara. Acató todo lo que marcara en religión y estilo social la naciente época victoriana.
Un día poco antes de llegar a los sesenta años se encerró en su despacho. No fue a misa con su esposa. Y con golpe certero de navaja se cortó el cuello. Dios sabe de su honestidad. Y de su resistencia ante un mundo tan distinto.

Siento algo de alegría…, inherente a la estima y gratitud que por este bravo y noble siento, cuando veo una cumbre de los Andes patagónicos con su nombre.
Ojalá aquel imperio en el que nació y sirvió le siga haciendo honores… más grandes que una montaña.