Ahora, los que llevaron cajas de pino al hombro, ladran por la paz en el mundo, en vez de morder a los asesinos. Menos mal que todavía no existen los Delitos de Asco.
Del Asco, como terapia. Por Manuel J. Pérez Lorenzo

www.lapaseata.net
Ahora, los que llevaron cajas de pino al hombro, ladran por la paz en el mundo, en vez de morder a los asesinos. Menos mal que todavía no existen los Delitos de Asco.
Puede parecer estrambótico el reconocimiento de una extraña religión mundana para tipificar a los actuales mitos progresistas.
La expresión cortar el nudo gordiano significa resolver tajantemente y sin contemplaciones un problema: da igual cómo se haga, lo importante es que se resuelva
¿Genio? No pasa de giliPollito mirando hacia delante: Eduardo Garzón se compara con Einstein y Galileo por su idea de imprimir dinero
Ergo las malas hierbas independentistas no fueron arrancadas a su debido tiempo (ni lo están siendo ahora) por los sucesivos Anti-Principitos del Gobierno de España
Otorgar de forma excluyente el vocablo progresista a los que comulgan con una determinada doctrina política es un absoluto sacrilegio lingüístico
Escribía hace unos años sobre este asunto tan “generosa” y genéricamente utilizado -Febrero de 2012-, antes de empezar a hacerlo en los medios digitales que hoy tienen la gentileza de publicarme y recién comenzada la primera legislatura de don Mariano Rajoy. Decía entonces que debíamos comenzar por preguntarnos qué es el centro porque, no nos engañemos, es muy difícil -en política, al menos, más allá de cómo fórmula “comercial” para algunos- eso de estar en el «centro», en donde, según el refrán «… está la virtud», cualidad no muy presente entre nuestros “próceres”, por lo que vemos desde hace años.