No hay que olvidar que fue Zapatero, ese ingeniero social, inepto, sin estudios ni responsabilidad social, quién nos hizo prestar atención especial, desde su mando en La Moncloa, a la «primad de riesgo» de la que hoy nos lamentamos todos los españoles. Lo expreso John Müller perfectamente en el periódico El Mundo. Y hoy, cuando España llega al abismo de los 500 puntos básicos, lo que nos sitúa al borde de la intervención, tampoco deberíamos olvidar que la Salgado, sin arrugas del Vogue y del ERE de RTVE, nos dijo que nunca pasaríamos de los 400. Hasta ahora, nunca un presidente tan «elegántemente rodeado, valió tan poco y costó tanto.
Hoy es un día histórico. Con la prima de la bestia acabamos de «comprar» 3.500 millones de euros al 7% de interés… Y con el vértigo del precipicio, acelerando en la autopista del infierno, olvidamos que durante los dos próximos años el actual gobierno de Zapatero obliga a España, por Real Decreto, a pedir prestado en el mercado, la bestia, más de cien mil millones. Y no olvidemos las sorpresas que nos depararán los cajones llenos de facturas. En Fomento, el ministerio del hombre que recibía en la gasolinera, a los progresistas gallegos les gusta decir estación de servicio, ya se empieza a contabilizar el deaguisado y agujero oculto zapterista en 14.000 millones de euros.
Un día glorioso insisto en el que el periódico El País titula a toda página la entrevista de Rajoy con el significante del «Gran recortador» que se nos avecina, dispuesto a cargarse la gran Ley de la Dependencia. Una Ley, insisto que no debemos olvidar, que Zapatero redactó sin acordarse de dotarla presupuestariamente y traspasar la factura a la Comunidades Autónomas. Qué ligereza sin importancia hasta hoy, precisamente cuando la bestia nos restriega por la cara el auténtico valor del dinero y las facturas.
No quiero olvidar que hoy también se hace público el interés de los Bancos Centrales de muchos países en la compra de oro. Solbes malvendió gran parte del que el Tesoro Español guardaba debajo de la fuente de La Cibeles.
El único presidente español que recibió una ovación al hacer su entrada en el Pirulí. Gran especialista en hablar seriamente de las cosas tontas y tontamente de las cosas serias. Sic gloriam mundus transit…