En cuanto se de el siguiente paso, es decir que dejen de estar subvencionadas, y al paso que vamos, las manifestaciones se van a convertir en una nueva industria, capaz de mejorar nuestro PIB.
Sábado. Siete de la mañana en los alrededores de la Plaza de Neptuno. Una flota de autobuses acaba de aparcar en las inmediaciones del Parque del Retiro y miles de sindicalistas andaluces, ataviados con camiseta roja, comienzan su jornada huelguista en Madrid. Observo «la algarabía». Hay muchas mujeres que estrenan zapatillas deportivas. Todos llevan al menos tres objetos de «mechandasing» sindical. Mayoría de banderas sindicales y de la república, las esteladas también están de moda. Puedo ver también como muchos hijos e hijas han acompañado a la excursión a sus padres sindicalistas. Los más jóvenes aprovechan las primeras luces del alba para hacer unas fotos inmejorables del tridente y hasta de la fachada del Palace y del Ritz. Dejo atrás a los conductores mientras desenvuelven sus bocadillos camino de un café con leche para acompañar. Buen día para sus empresas y para ellos mismos: Kilómetros y horas extras.
Y que nadie piense que solo Méndez y Toxo gustan del aperitivo tras los discursos de rigor y el posado de alfombra roja en la cabeza de la manifestación.
Una del mediodía en el Barrio de las Letras. Llenazo espectacular. Los bares no dan a basto. Hoy los restaurantes además llenaran sus mesas. Está claro, la manifestación al menos ha servido para mover un poco nuestra maltrecha economía, porque no creo que en ese tancredismo político que utiliza Mariano Rajoy como curiosa estrategia política, nadie hable hoy, oficialmente al menos, de referendum. En cuanto podamos borrar la paradoja social que los dos principales sindicatos, CCOO y UGT, forman parte del Estado contra el que se manifiestan, al cobrar del dinero publico y lleguen a ser verdaderos sindicatos, habrá que darles la enhorabuena muy sinceramente por conseguir la creación de una nueva industria con sede en el manifestódromo de Madrid.
Al final quedarán cómo los grandes adalices del neo-desarrollismo español, tan de boga en los últimos años del franquismo, cuando España se preparaba del baso de la modernidad a la contemporaneidad del fin de siglo. Los sindicalistos saben hacer bien las cosas, movilizan sus bases, sus liberados y lo presentan cómo un logro de la masa obrera que, a decir verdad, está más que harta de ellos… En fín, una de tantas de las que vendrán.
Un saludazo.
P.D. Te tengo agregado en mi lista de blogs. Desearía pedirte que, sino te supone molestia me agregues a tu blogroll, acción para la cual te doy las gracias por anticipado.
http://cspeinado.blogspot.com
Estimado amigo. Esta mañana he echado un vistazo a la lista de lo que este sistema de WordPress califica como spam y me he llevado una grata sorpresa al leer tu comentario. Ya conozco tu blog desde hace un mes y he leído comentarios muy interesantes. Enhorabuena. Y claro, formas parte de mi blogroll. Un cordial saludo.