No logro esta mañana ver mas allá del cristal de mi ventana. Llueve y trato de comprender el porqué mi estimado Alfredo Albajara no cicatrizastes tus últimas heridas, el que no las quisieras ver y cómo, en el transcurso de unos vagos días, dejaste que se se transformaran en esas auténticas cascadas que habías reflejado en tu cuadro, con el color gris azulado del acero. Esa muralla infranqueable.
Mis pupilas se centran en una sola gota de entre una infinidad de gotas en el cristal. Tu pequeña gota Alfredo, que brilla en este instante mucho mas que toda las demás, que palpita por el viento, como un corazón vivo, entre el banco cadmio y los magentas del sol que lucha por salir.
Acabo de conocer tu muerte y esa gota no se me va de vista ni de la memoria. Es pequeña, vibra con el sonido de esa calle que no puedo ver y, de repente, comienza a escurrirse por la vertical de ese cristal que no me separa de ningún paisaje, y tan solo refleja recuerdos. Observo que la gota se deshace con la pendiente y en su camino deja un reguerito, apenas un vaho, que me transmite tus risas y el llanto, tu dolor y tus anhelos, la sombra y la grandeza de nuestra última conversación. Es un camino de colores, los que tu dominabas en tu pequeña habitación y sometías a tu peculiar visión de la realidad.
Y conozco bien maestro Alfredo que se te acercó en mas de una ocasión y que por ello la pintaste en uno de tus lienzos, y también, que te reías del Julio Cesar de Shakespeare por aquella frase que me recitaste en alguno de tus bares: «Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez.»
A piñón fijo ya, salías siempre con la misma canción: «pa valiente el teniente Bluewerry que no se volvió loco tras encontrar el mayor tesoro del mundo».
Tu nos dejas tus cuadros, el legado de arte y auténtico tesoro que dedicaste a tus hijas y el eco de esa manera de mirar insustituible y tuya que encontraba historias donde todos los demás vemos tan solo la obscena realidad. Descansa en paz.
Se fue din decir adiós, pero todos sabemos que en su mente tenía un sólo pensamiento sus hijas, el quería hacer algo importante para su futuro, y lo dejó ;sus cuadros. Vamos a hacer una exposición a titulo póstumo. De 10 a 29 noviembre centro cultural Montecarlo Madrid
Mi homenaje a mi hermano se lo dedico en este video.