Javier Barbero, el concejal de seguridad del Ayuntamiento de Madrid se ha convertido en un solo día en la metáfora perfecta de los círculos concéntricos. De escrachador a escrachado y de indignado a ofendido y atemorizado. Un birlibirloque ideológico que a todos nos puede hacer reflexionar sobre ese maridaje imposible entre a justicia y la ideología y asumir la nueva edición de la fábula del aguijón del escorpión.Los policías municipales le gritaron comunista y perro-flauta cuándo se escondía en un coche oficial, escrachado por los manifestantes y después, en rueda de prensa el señor concejal afirmaba que debían ser fascistas y que por supuesto, a él no le habían hecho un escrache porque él representa, en definitiva, al estado. Una paradoja infinita al recordar la definición de su líder supremo el señor Pablo Iglesias que hoy protagoniza las redes sociales:
Pero la distinta vara de medir los actos que el concejal Barbero ha puesto sobre la mesa no es nueva ni mucho menos y por ello hoy es el día perfecto para recordar una pequeña historia de nuestro pasado mas inmediato. La señora juez por enchufe político, y no por oposición, Isabel Valldecabres, tomó la decisión de archivar la causa abierta por el ‘escrache’ a la vicepresidenta del Gobierno, hoy en funciones la señora Soraya de Santamaría. Con su sentencia, sobre el hecho probado de que unas 200 personas rodearon la casa de la señora Soraya, y le insultaron en vía pública, junto a su hijo pequeño y su abuela, que presenciaron la escena, la señoría rubricó con sus puñetas ideológicas que esa violencia psicológica es una expresión democrática.
Y resulta que la señora juez tiene en su currículum haber sido asesora de todos los ministros de Justicia del PSOE y cuando lo era de Bibiana Aído protestó cuando las antiabortistas fueron a protestar al pueblo de su amiga ministra arguyendo que la manifestación aquella resultó ser un acoso brutal.
Es decir que la distancia que va de la expresión democrática al acoso brutal es ideológica y subjetiva. Muy bien, esa es la paradoja de los círculos concéntricos y quizás el principal motivo del porqué el señor concejal acabó su rueda de prensa afirmando que ya llegará el cambio de color en las altas instancias del estado, pero de ahí a la miseria moral que representa el totalitarismo no hay nada mas que medio paso, porque el rasero no es igual para todos si todo depende de quien ostenta la sartén por el mango.
Está claro, “Si lo sufre el PSOE o Podemos es acoso, si lo sufre el PP es democracia”. La batalla de las ideas que en España ganan siempre los mismos aunque sea sin argumentos.
Escuchemos con atención:
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