Esta tarde, de confusión y fiebre, de censuras y corruptelas, cortinas de humo y exagerados, por su infinita continuidad, órdagos personales y sociales, en una España en el abismo, gracias a una izquierda para echar la pota, como ya ha acuñado el maestro Pérez Reverte, y una derecha timorata y sentada en el banquillo de los acusados, la globalización que en realidad manda y que nos ordena reducir un diez por ciento los salarios y de paso subir un par de puntos el IVA, nos va a permitir una gran alegría.
Será el visionado en directo del último vuelo de la zarina Yelena Isinbáyeva, la mejor pertiguista de la historia, el ángel de ojos azules que remontó desde el año 2005 la barrera de los cinco metros. Una de las pocas mujeres que ha tocado el cielo de los deportistas de élite. Premio príncipe de Asturias en el 2009 y que según los cronistas gustaba de decir desde muy pequeña que ella iba a ser la mejor pertiguista del mundo.
Hay muchas personas en el mundo que de su convicción sacan la vocación y consuman la realización. Se llaman «coherentes» y algunos los llamamos triunfadores.