No es tan solo que desde sus escaños conseguidos por la ley incumplen la ley. Ni tan siquiera se trata de su bélica imbecilidad para arrastrar a los vecinos a la fractura social. Es más, mucho más, que ese indecente gasto del dinero público despilfarrado en profundizar el abismo. Se trata de la suma de graves factores, como el tan poco comentado de la pérdida de tiempo en ese Parlamento catalán que aprueba el uso de la «estelada» como un sagrado totem de la identidad falseada por sus tan subvencionados como falsos historiadores y caros propagandistas. Una pérdida del tiempo útil y necesario para los ciudadanos, en otras cosas y con otros problemas, con la que estos politicastros catalanes separatistas siguen ganando la esencia del tiempo, del suyo, de sus secesionistas proclamas y egoístas derivas, que desgraciadamente y por la simple fórmula de la inercia que formuló en su primera, de las tres leyes del movimiento, el físico Isaac Newton, será muy difícil de parar.
Recuerde el lector las otras dos leyes principales del sabio: la de la fuerza y la de acción versus reacción.