Termina un año, que ha estado cargado de Elecciones Municipales y Autonómicas en diferentes ciudades españolas, con el broche final el pasado día 20 de diciembre con las Generales.
Yo no voy a juzgar como han llegado los unos y los otros a los despachos del poder, para eso están las leyes aprobadas hace 38 años con la llegada de la Democracia.
De lo que sí voy a juzgar o expresarme, como demócrata, es de la situación en que nos tienen estos nuevos » políticos «.
Más les valdría mirar a aquellos Políticos de hace 38 años, que juntos, con diferente ideología y lo principal, dejando atrás los rencores de una maldita y absurda guerra civil en la que nadie fue el vencedor y sí todos los perdedores, hicieron una transición democrática y sin más sangre de inocentes, de uno o de otro bando.( porque todos de uno o de otro lado, mataron, violaron y asesinaron)
Estos Políticos, se reunieron en una mesa y acordaron unirse para el bien de una España y sus españoles.
Estos Políticos, venían de una guerra civil, con sus pérdidas de familiares y amigos.
Estos Políticos supieron guardarse su odio, orgullo y rabia, para crear una democracia, después de 40 años de dictadura, para el bienestar de los españoles y hacer una España Libre y en Paz.
Han pasado los años y ahora les toca el turno de gobernar un país todavía llamado España, a los hijos que han nacido de esta democracia.
Estos hijos que han tenido la suerte de no vivir una guerra y que han podido estudiar gracias a las ayudas del Gobierno y de sus padres que les podían pagar una Universidad.
Estos hijos de la democracia, que algunos, gastaron los ahorros de los padres y abuelos a cambio de estudiar y llegar a lo más alto, la Universidad.
Estos son los nuevos políticos, que han tenido una vida más cómoda que aquellos que tuvimos la desgracia de vivir una guerra civil o peor aún, como en mi caso, una posguerra.
Yo soy de los que mi paso por esta vida, se resume en dos partes, mi juventud para ayudar a mis padres y la madurez para ayudar a mis hijos.
Y se me cae la cara de vergüenza, ver ahora a estos hijos de la democracia, ejerciendo de «políticos» y que han llegado a ocupar los cargos por amiguismo o peloteo sin esfuerzo alguno, como son incapaces de juntarse en una mesa y acordar el bienestar para España y los españoles.
Estos hijos de la democracia, según mi opinión particular, sólo miran por ellos, sus familiares y amigos.
Asegurarse un sueldo vitalicio, en definitiva, y sin que nadie les pida responsabilidades si no cumplen lo que prometen en los mítines ante seguidores pagados para que agiten las banderas y les aplaudan y rían todo lo que sueltan por la boca desde el atril.