Decepcionante la Investidura de Sánchez Castejón a la Presidencia del Gobierno. Una vez más, ha quedado comprobado que los intereses partidistas y personales priman sobre los de los españoles. Si hay nuevas elecciones generales lo que deberían hacer los electores es no ir a votar, para que entiendan que ese no es el camino. Descorazonadora la severa actitud de Rivera hacia el PP y Rajoy. Parece que el beso en la boca que se han dado en público Domenech e Iglesias hubiese sido una realidad diaria entre los dos guapos de la política española.
Tan monos, que uno y otro, no han podido evitar que el amor surja espontáneamente y con gran pasión. Está claro que Rivera se ha lanzado sin paracaídas en los brazos de Sánchez, atacando con síntomas de repudio al Partido Popular. Un mal ejemplo el escenificado en esta primera sesión. Preocupante, aunque ya se sabe que los políticos son el colectivo más hipócrita de la sociedad. «Papá, soy muy mentiroso e hipócrita», y le le dice el padre a su mujer : este chico-chica tiene madera de político.